La monja que se volvió inmortal por una fotografía
Echada en el piso, tras ser rescatada entre los restos de un edificio en Italia, luego del sismo, su imagen fue 'símbolo' de la tragedia.
Agencias
ROMA, It.- Sor Marjana Lleshi, de 35 años, protagonista de una fotografía que se convirtió en uno de los símbolos del sismo en Italia, y cuyo autor es el fotógrafo de la agencia Ansa, Massimo Percossi, pensó que iba a morir tras el temblor de magnitud 6 que devastó el centro del país.
La joven monja estaba en su habitación en una casa para ancianos en Amatrice, la localidad más golpeada por el sismo del miércoles que causó 281 muertos, cuando la vivienda comenzó a derrumbarse.
"Me dí cuenta de que era un sismo a las cuatro de la mañana", dijo.
"Sentí la sacudida y salí de la habitación pronto para pedir ayuda. Cuando estaba a un metro de atravesar otra puerta, todo se derrumbó. Caían fragmentos del techo, gritaba por ayuda y nadie me respondía, estaba atrapada bajo una cama", recordó.
Pensó entonces que moriría entre los escombros, y envió mensajes con su teléfono celular a sus amigos para decirles adiós.
"Cuando ya perdía la esperanza de ser salvada recuperé la señal de mi teléfono celular y comencé a mandarles mensajes a los amigos pidiéndoles que recen por mí y por mi alma. Les dije que me despedía de ellos para siempre", contó.
Pero evitó escribirles a sus familiares temiendo provocarles un dolor muy fuerte o agregar otro drama irreparable.
"No hice lo mismo con mi familia porque temí generar una tragedia peor y que mi padre pudiera sufrir un ataque al saber la noticia. Sabía que iba a morir pero no le podía decir a los míos 'estoy muriendo'", expresó.
Finalmente la religiosa fue rescatada por un joven y llevada al exterior del edificio.
"Luego me pudieron rescatar los socorristas, en ese momento, me di cuenta (de) que había sido salvada y pude sentir una gran paz y tranquilidad", concluyó su relato.
Sentada sobre el asfalto comenzó a escribir mensajes vía celular para avisarles a sus amigos que estaba a salvo.
En ese momento quedó inmortalizada en la imagen del fotógrafo de ANSA, cubierta de polvo y con sangre en su rostro. La toma de Percossi ya comenzaba a recorrer el mundo.