Agencias
MOSCÚ, Rusia.- En Japón existe una isla donde las mujeres tienen prohibido entrar. Su nombre es Okinoshima, y ahora el país nipón pretende que sea Patrimonio de la Humanidad. 

Esta ínsula de 0.7 kilómetros cuadrados solo tolera la presencia femenina de sus tres emperatrices, las cuales fueron inmortalizadas en unas rocas que, según la leyenda, fueron colocadas por los dioses para cuidar a la nación y a las que se rinde culto con diferentes rituales, informa BBC. 

Allí se encuentra el santuario Munakata Taisha, al que solo pueden acceder sus sacerdotes. La única excepción a esta norma se produce durante el festival de mayo, cuando se permite la llegada a Okinoshima de alrededor de 200 hombres.

La incertidumbre crece porque no se conocen con certeza las razones por las cuales las mujeres no pueden pisar el lugar. Algunas personas estiman que se debe a la menstruación: su sangre se considera impura para un sitio sagrado. 

Otros explican que la tradición se sigue desde tiempos antiguos porque la travesía era peligrosa y había que proteger a las futuras madres.

La prensa local asegura que, incluso si la Unesco acepta la petición, no se levantará la prohibición con respecto a las mujeres.

(Información de RT)