La distribución de vacuna empeora la desigualdad en el mundo

Las naciones ricas obtendrán el mayor número de dosis, en un escenario favorable para sus economías.

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Con la llegada de las vacunas contra el Covid-19, las naciones ricas, que se han asegurado el mayor número de dosis, se colocan en un escenario favorecedor para que mejore su economía el próximo año, dejando atrás a los países en desarrollo. (Foto: El Universal).
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Londres.- Con la llegada de las vacunas contra el Covid-19, las naciones ricas, que se han asegurado el mayor número de dosis, se colocan en un escenario favorecedor para que mejore su economía el próximo año, dejando atrás a los países en desarrollo.

La distribución desigual de las vacunas parece empeorar una realidad económica definitoria: el mundo que emerge de este capítulo aterrador de la historia será más desigual que nunca.

Los países pobres seguirán siendo devastados por la pandemia, lo que los obligará a gastar escasos recursos que ya están agotados por las crecientes deudas con los prestamistas en Estados Unidos, Europa y China.

La economía global se ha visto dividida durante mucho tiempo por profundas disparidades en la riqueza, la educación y el acceso a elementos vitales como agua potable, electricidad e internet.

Pero el Covid-19 ha agravado la destrucción de los medios de subsistencia en minorías étnicas, mujeres y hogares de bajos ingresos.

Es probable que el final de la pandemia agregue otra división que podría moldear la vida económica durante años, separando a las naciones con acceso a vacunas de las que no lo tienen.

Las organizaciones de ayuda internacional, los filántropos y los países ricos se han unido para garantizar que todos los Estados obtengan las herramientas necesarias para combatir la pandemia, como equipos de protección, pruebas, terapias y vacunas. Pero no han respaldado sus garantías con suficiente dinero.

La iniciativa líder, Act-Accelerator Partnership, una empresa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Fundación Bill y Melinda Gates, entre otras, ha asegurado menos de 5 mil millones de dólares de los 38 mil millones previstos.

Un grupo de países en desarrollo liderado por India y Sudáfrica buscó aumentar el suministro de vacunas fabricando las suyas propias, idealmente en asociación con las compañías farmacéuticas que han producido las versiones líderes.

En un intento por asegurar la colaboración, el grupo ha propuesto que la Organización Mundial del Comercio (OMC) renuncie a las protecciones tradicionales sobre la propiedad intelectual, permitiendo a las naciones pobres fabricar versiones asequibles de las vacunas.

La OMC opera por consenso. La propuesta fue bloqueada por Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea (UE), donde las empresas farmacéuticas ejercen influencia política.

La industria argumenta que las protecciones de patentes y las ganancias que obtienen son un requisito para la innovación que produce medicamentos que salvan vidas.

Los defensores de la suspensión de patentes señalan que muchos medicamentos de gran éxito se comercializan a través de investigaciones financiadas por el Gobierno, argumentando que esto crea un imperativo de colocar el bien social en el centro de acción.

"La pregunta es realmente: '¿Es este un momento para lucrar?'", enfatizó Mustaqeem De Gama, consejero de la misión sudafricana ante la OMC en Ginebra.

"Hemos visto Gobiernos cerrar economías, limitar las libertades, pero la propiedad intelectual se considera tan sacrosanta que no se puede tocar".

En las naciones ricas que han asegurado el acceso a las vacunas, el alivio del desastre económico provocado por la emergencia de salud pública está en marcha.

Las restricciones que han cerrado negocios podrían levantarse, trayendo beneficios económicos significativos tan pronto como marzo o abril.

Por el momento, el panorama es desolador. Estados Unidos, la economía más grande del mundo, ha sufrido un número de muertos equivalente a un 11 de septiembre todos los días.

Las principales economías como Reino Unido, Francia y Alemania están bajo nuevos cierres mientras el virus mantiene su impulso.

Pero después de contraerse 4.2 por ciento este año, la economía global parece estar lista para expandirse 5.2 por ciento en 2021, según Oxford Economics.

Ese pronóstico supone un crecimiento anual del 4.2 por ciento en Estados Unidos y un alza del 7.8 por ciento en China, la segunda economía más grande del mundo, donde la acción del Gobierno ha controlado la pandemia en gran medida.

Europa seguirá estando rezagada, dada la prevalencia del Covid-19, según IHS Markit, y la economía del continente no volverá a su tamaño anterior a la crisis durante dos años.

Sin embargo, para 2025, el daño económico a largo plazo de la pandemia será dos veces más severo en los llamados mercados emergentes en comparación con los países ricos, según Oxford Economics.

Muchos economistas asumen que a medida que las vacunas alivien el miedo, la gente se precipitará hacia experiencias que han estado prohibidas, llenando restaurantes, eventos deportivos y destinos de vacaciones.

"Si se calma el ánimo de la gente y se eliminan algunas de las restricciones, se podría ver un derroche de gastos", mencionó Ben May, economista global de Oxford Economics en Londres.

"Mucho de esto tendrá que ver con la velocidad y el grado en que las personas vuelven a comportamientos más normales. Eso es muy difícil de saber".

Pero muchos países en desarrollo se encontrarán efectivamente habitando un planeta diferente.

Estados Unidos ha asegurado hasta mil 500 millones de dosis de vacunas, mientras que la UE ha adquirido casi 2 mil millones de dosis, suficiente para inocular a todos sus ciudadanos y más.

Muchas naciones pobres podrían quedarse esperando hasta 2024 para vacunar completamente a sus poblaciones.

La elevada carga de la deuda limita la capacidad de muchos países en desarrollo para pagar las vacunas. Los acreedores privados se han negado a participar en una iniciativa de suspensión de la deuda promovida por el G20.

La ayuda prometida del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha resultado decepcionante.

En el FMI, la Administración del Presidente Donald Trump se ha opuesto a una expansión de los llamados derechos especiales de giro, la moneda básica de la institución, privando a los países pobres de recursos adicionales.

"La respuesta internacional a la pandemia ha sido esencialmente lamentable", dijo Richard Kozul-Wright, director de la División de Estrategias de Globalización y Desarrollo de la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo.

"Nos preocupa que a medida que avancemos en la distribución de las vacunas, volvamos a ver lo mismo".

Un elemento de la asociación Act-Accelerator conocida como Covax está destinado a permitir que los países pobres compren vacunas a precios asequibles, pero choca con la realidad de que la producción está limitada y controlada por empresas con ánimo de lucro que responden a los accionistas.

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