Lula da Silva asume la presidencia de Brasil
Desde el Congreso de su país, el ahora presidente brasileño rindió protesta.
El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue investido este domingo en la capital Brasilia y asumió el cargo por tercera vez.
Es la culminación de un resurgimiento político que seguro emocionará a sus partidarios y enojará a sus rivales en una nación fuertemente polarizada.
"Por tercera vez asisto a este Congreso Nacional para agradecer al pueblo brasileño por el voto de confianza que recibimos. Renuevo mi juramento de fidelidad a la Constitución de la República, junto con el vicepresidente @geraldoalckmin y los ministros que trabajarán con nosotros por Brasil", escribió en su cuenta de Twitter Lula Da Silva.
Posse de Lula na Presidência doBrasil https://t.co/eaMLYGLNCT
— Lula (@LulaOficial) January 1, 2023
El izquierdista superó al presidente de ultraderecha Jair Bolsonaro en el balotaje del 30 de octubre por menos de dos puntos porcentuales.
Durante meses, Bolsonaro había sembrado dudas sobre la fiabilidad del voto electrónico y sus leales seguidores se resistieron a aceptar la derrota.
Muchos de ellos se han congregado en el exterior de cuarteles militares desde entonces, cuestionando los resultados y pidiendo a las fuerzas armadas que impidan que Lula llegue a la presidencia.
Sus partidarios más acérrimos recurrieron a lo que algunas autoridades y miembros del próximo gobierno calificaron de actos de “terrorismo”, algo que no ocurría en el país desde principios de la década de 1980 y que ha provocado una creciente preocupación por la seguridad en los actos de la jornada de investidura.
“En 2003, la ceremonia fue muy bonita. No había este ambiente malo y pesado", dijo Carlos Melo, profesor de ciencias políticas en la Universidad Insper en Sao Paulo, refiriéndose al año que Lula asumió la presidencia por primera vez. “Hoy hay un clima de terror".
La estudiante Tanya Albuquerque voló de Sao Paulo a Brasilia y se le llenaron los ojos de lágrimas cuando escuchó como los izquierdistas locales recibían a los visitantes en el aeropuerto de la capital. Decidió viajar tras ver imágenes de la primera toma de posesión de Lula.
“Quizás mañana no haya 300 mil personas como entonces. Estos son tiempos distintos y más divisivos. Pero sabía que no estaría feliz delante de un televisor", afirmó Albuquerque, de 23 años, el sábado.
Lula se ha impuesto la misión de sanar a un país dividido. Pero tendrá que hacerlo con unas condiciones económicas más difíciles que las que tuvo en sus dos primeros mandatos, cuando el auge global de las materias primas reportó ganancias inesperadas a Brasil.
En aquel momento, el programa estrella de su ejecutivo, un plan de bienestar social, ayudó a decenas de millones de personas empobrecidas a llegar a la clase media. Muchos brasileños viajaron al extranjero por primera vez. Cuando abandonó el cargo, Lula tenía un índice de aprobación del 83%.
Desde entonces, la economía brasileña ha sufrido dos profundas recesiones — la primera durante la presidencia de la sucesora que él mismo nombró, Dilma Rousseff, y la segunda durante la pandemia del coronavirus — y los brasileños de a pie han sufrido mucho.
El nuevo mandatario ha dicho que sus prioridades son combatir la pobreza e invertir en educación y atención médica. Además, afirmó que frenará la deforestación ilegal de la Amazonía. Buscó el respaldo de políticos moderados para formar un frente amplio y derrotar a Bolsonaro, y ha seleccionado a algunos de ellos para formar parte de su gobierno.
(Con información de Associated Press)