La investigación oficial sobre el trágico accidente de un helicóptero en mayo, en el que fallecieron el presidente iraní Ebrahim Raisi y otras siete personas, revela las difíciles condiciones climáticas y atmosféricas fueron las responsables del percance.

Según un informe difundido por la televisión estatal iraní el domingo, el Consejo Supremo del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas concluyó que las condiciones meteorológicas adversas en la región durante la primavera fueron el principal factor detrás del desplome de la aeronave.

El informe final detalla que la repentina aparición de una densa masa de niebla fue un elemento determinante en el accidente. Esta niebla, de formación inesperada, limitó severamente la visibilidad al momento en que el helicóptero colisionó con una montaña.

Las condiciones climáticas en la región, caracterizadas por cambios bruscos y fenómenos atmosféricos impredecibles, crearon un entorno desafiante que superó las capacidades del helicóptero y su tripulación.

El incidente, que conmocionó a Irán y al mundo, no solo se cobró la vida del presidente Raisi, sino también la de su ministro de Relaciones Exteriores, Hossein Amirabdollahian, junto a otros funcionarios de alto rango.

La tragedia ocurrió en un área alejada y de difícil acceso, lo que complicó aún más las labores de rescate y la posterior investigación.

A pesar de la magnitud de la tragedia, el informe señala que no se encontraron evidencias de sabotaje en las piezas y sistemas de la aeronave, lo que descarta cualquier teoría relacionada con un posible atentado.

Esta conclusión refuerza la hipótesis de que el accidente fue resultado de un cúmulo de factores naturales, en los que el entorno hostil jugó un rol decisivo.