Monos de Brasil llevan más de 3 mil años usando herramientas de piedra

Los seres humanos siempre hemos tenido la necesidad de crear utensilios que faciliten nuestras tareas.

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Pixabay.
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Redacción
MÉXICO.- A lo largo de la historia, las herramientas han evolucionado según el avance tecnológico. No obstante, las que se elaboraron antiguamente son las que marcaron la historia de la humanidad.

Definitivamente, existe una serie de instrumentos que de no ser por su existencia, la humanidad no sería lo que es hoy. ‘’Sin una vela en la Edad Media, una aguja que permitía la fabricación de ropa para la protección del cuerpo o la existencia de un cuchillo, utensilio fundamental para la alimentación y superviviencia; nada hubiese sido igual'', manifiesta Santiago Hernández, portavoz de HERRAMIENTASHOY.

Los seres humanos siempre hemos tenido la necesidad de crear utensilios que faciliten nuestras tareas, sin embargo, no hemos sido la única especie con este interés. Un estudio realizado en Brasil mostró que los monos capuchinos salvajes, naturales de esta parte del mundo, han usado herramientas de piedra para realizar ciertas tareas desde hace muchos años atrás.

La investigación se realizó con ejemplares del  Parque Nacional Serra de Capivara, en Brasil. Estos animales convierten rocas en martillos y yunques para realizar una serie de actividades como, por ejemplo, abrir anacardos (frutas similares al maní y originarias de Brasil), excavar y hasta para realizar alardes sexuales. De acuerdo con el equipo de investigadores, llevan haciendo esto desde hace 3.000 años aproximadamente.

El estudio, publicado en la revista científica Nature Ecology & Evolution, tiene un dato que ha llamado la atención: los monos han cambiado su tecnología dos veces durante dicho periodo.

Los arqueólogos y paleoantropólogos han tenido siempre a la Edad de Piedra como punto de referencia para explicar la evolución de la tecnología en el ser humano. Se ha tenido en cuenta al Paleolítico para inferir cambios en la cognición de los homínidos, así como su destreza manual y tácticas de adaptación a nuevas condiciones ambientales.

No obstante, hasta hoy no existía ningún registro a largo plazo de la variación del uso de herramientas en otros animales. Es cierto que se descubrió que algunas especies empleaban instrumentos manuales para romper nueces, como es el caso del chimpancé occidental. Sin embargo, no se hallaron cambios en la función de dichas herramientas.

De acuerdo con el equipo, la excavación en un sitio arqueológico los llevó a conocer que estos pequeños monos usaban piedras para romper las cáscaras de los anacardos. Con adoquines de cuarcita redondeados formaron sus propios ‘martillos’. En tanto, usan raíces y ramas de árboles como ‘yunques’.

En total, los excavadores recuperaron 122 artefactos de piedra empleados por esta especie de monos. Con ayuda del radiocarbono y el análisis posterior, los científicos concluyeron que los capuchinos los han empleado durante 3.000 años, lo cual significa que unas 450 generaciones hicieron estos trabajos.

Lo más llamativo de la investigación es que no siempre realizaron estos procedimientos de la misma forma. Hay una especie de salto tecnológico importante durante esta época. En un principio, los primates empleaban herramientas de piedra pequeñas y bastante ligeras. Al parecer, esta técnica no los convenció, pues desde hace 2.500 a 300 años las cambiaron por piedras más grandes y pesadas, con el fin de procesar mejor los alimentos.

Sin embargo, esto no los dejó satisfechos. En un periodo más reciente volvieron a usar herramientas un poco más pequeñas. Los investigadores sostienen varias teorías que explicarían por qué se dieron estos cambios. Por ejemplo, señalan que se trataba de distintos grupos de capuchino quienes empleaban uno u otro tipo de piedras. Otra suposición es que al principio los anacardos estuvieran más disponibles y que luego otros alimentos requerían herramientas de diferentes tamaños para romperlos.

El estudio concluye en que los seres humanos no son los únicos que varían sus herramientas a largo plazo. El hombre se ha adaptado a los cambios, al igual que este grupo de primates, y ha reconocido que necesitaba un instrumento distinto cada vez debido a las nuevas necesidades. También es una prueba de que no somos tan extraordinarios como pensamos y que otros seres vivos también emplearon lo que tuvieron a su alcance y perfeccionaron para subsistir.

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