Muere el autor del robo del siglo

El londinense uno de los delincuentes más conocidos de Gran Bretaña: participó en el asaltó el Tren del Correo Postal de Glasgow a Londres en 1963.

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Biggs burló repetidos intentos de obligarlo a regresar mediante la deportación, la extradición e incluso el secuestro. (Agencias)
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Agencias
LONDRES, Inglaterra.- Ronnie Biggs, conocido por su participación en el robo de un tren en 1963, falleció el miércoles, dijo su nuera. Tenía 84 años.

De acuerdo con The Associated Press, Veronica Biggs no ofreció detalles sobre la causa de muerte. Ronnie Biggs fue liberado de prisión hace cuatro años por razones humanitarias debido a su mala salud y había sufrido varias embolias.

Biggs era famoso -o tristemente célebre- por participar en el robo del tren en 1963 y después por escapar de la Prisión Wandsworth, después de lo cual se las arregló para irse a Brasil, donde vivió muchos años fuera del alcance de la justicia británica.

Vivió en libertad 35 años antes de regresar voluntariamente a Inglaterra con problemas de salud en 2001, donde fue arrestado de inmediato.

Biggs fue parte de una pandilla de por lo menos 12 hombres que asaltaron el Tren del Correo Postal de Glasgow a Londres a primeras horas del 8 de agosto de 1963, cuando mediante el cambio de señales convencieron al conductor a detener el tren en medio de la oscuridad. La pandilla se hizo con 125 sacos de billetes por valor de 2.6 millones de libras -7.3 millones de dólares en ese momento, o más de 50 millones hoy- y se convirtió en "el robo del siglo".

Las autoridades capturaron a la mayor parte de los pandilleros y los sentenciaron a largas condenas de prisión. Biggs fue condenado a 30 años, pero 15 meses después escapó de la prisión londinense de Wandsworth descolgándose por una escalera de cuerdas, para entonces saltar a una furgoneta que lo esperaba. Fue el comienzo de una vida de fugitivo que lo convirtió en héroe para algunos.

Biggs huyó a Francia y después a Australia y Panamá antes de llegar a Río de Janeiro en 1970. Para ese momento, la vida en fugitivo y la cirugía plástica que se hizo para cambiar su apariencia habían agotado la mayoría del dinero del robo del tren.

Vivió más de 30 años en Brasil, donde vivió de su notoriedad: cobraba a los periodistas y turistas por contarles la historia del robo.

Grabó con la banda de punk rock The Sex Pistols, escribió sus memorias, tituladas "Odd Man Out" e incluso promovió un sistema de alarmas con el lema: "Llame al ladrón".

"Ha sido una vida complicada en muchos aspectos, pero una vida diferente", le dijo a The Associated Press en 1997. "No me gusta eso de trabajar de 9 a 5".

Ronnie Biggs vivió más de 30 años en Brasil, donde vivió de su notoriedad: cobraba a los periodistas y turistas por contarles la historia del robo

Biggs burló repetidos intentos de obligarlo a regresar mediante la deportación, la extradición e incluso el secuestro. Detectives británicos lo encontraron en 1974 pero la falta de un tratado de extradición con Brasil lo salvó. Cuando el gobierno militar de Brasil trató de deportarlo, Biggs presentó a un hijo con una brasileña, y la ley impedía su expulsión.

En 1981, dos hombres que se hacían pasar por periodistas lo sorprendieron en un restaurante de Río, lo amordazaron, lo metieron en una bolsa y lo llevaron por avión al puerto de Belem. Desde allí lo llevaron por mar a Barbados, esperando entregarlo y vender la historia a los tabloides. Pero Barbados tampoco tenía tratado de extradición con Inglaterra y lo enviaron de regreso a Río.

En 1997 la Corte Suprema de Brasil rechazó una solicitud de extradición sobre la base de que el delito ya había prescrito.

Biggs dijo en todo momento que no quería regresar a Gran Bretaña.

"Lo que me espera es una celda", dijo. "Sólo un tonto quisiera regresar". Pero a los pocos años, debilitado por embolismos y otros problemas de salud, comenzó a extrañar su país.

El tabloide británico Sun ayudó a coordinar su regreso e incluso alquiló el jet privado que lo llevó a casa en 2001. En el avión iba el detective superintendente John Coles de Scotland Yard, quien lo arrestó mientras le decía: "Esto es un arresto oficial".

Biggs estuvo menos de un decenio en prisión y cuando salió era la sombra frágil del elegante "caballero ladrón" del imaginario popular.

Los abogados de Biggs habían alegado desde hacía mucho que lo debían liberar por razones de salud, aunque el entonces secretario de Justicia, Jack Straw, objetó y dijo que Biggs "no se había arrepentido".

Los conductores de tren sindicalizados, al saber que su compañero Jack Mills nunca se recuperó completamente del golpe recibido en la cabeza con una barra de metal durante el robo, también cabildearon para que no lo liberaran.

Sin embargo, finalmente convencidos de que Biggs le quedaba poco tiempo de vida, las autoridades lo liberaron el 7 de agosto de 2009, un día antes de cumplir 80 años. Desde entonces vivía en una instalación especial para ancianos.

A finales de 2011, Biggs se presentó en una conferencia de prensa en Londres para promover una nueva versión de sus memorias. Como no podía hablar debido a los embolismos, dijo a través de su hijo Michael Biggs que al final se arrepintió de haber participado en el robo y que si pudiera echar el tiempo atrás no lo hubiera hecho.

Los medios británicos mantuvieron su fascinación por Biggs hasta el final. El día de su muerte coincidió con un programa de la BBC sobre el caso.

En 2002 se casó con Raimunda Rothen, la madre de su hijo Michael, quienes le sobreviven, al igual que varios hijos de su primer matrimonio con Charmian Brent.

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