Norcorea acusa a estadunidense de conspiración
El señalamiento contra el cristiano Kenneth Bae acentúa las tensiones entre Pyongyang y Washington.
Agencias
PYONGYANG, Corea del Norte.- Corea del Norte anunció el sábado que un estadunidense detenido hace casi seis meses está siendo juzgado en la Corte Suprema bajo el cargo de conspirar para derrocar al gobierno, delito que podría castigarse con la pena capital si él es declarado culpable.
El caso de Kenneth Bae, detenido por los norcoreanos desde noviembre, complica aún más las relaciones entre Pyongyang y Washington tras semanas de encendida retórica y tensiones.
El juicio es similar a otro del 2009, cuando Estados Unidos y Corea del Norte estaban enfrentados por la decisión de Pyongyang de lanzar un misil de largo alcance y realizar una prueba nuclear subterránea.
En aquel entonces, el gobierno norcoreano había detenido a dos periodistas estadounidenses, las cuales fueron liberadas posteriormente tras ser condenadas a 12 años de trabajos forzados, según publica AP.
Bae fue arrestado a principios de noviembre en Rason, una zona económica especial en el noreste norcoreano que tiene frontera con China y Rusia, según la prensa estatal. En los despachos de prensa de Corea del Norte, Bae, un estadounidense de origen coreano, es llamado Pae Jun Ho.
La naturaleza exacta de sus presuntos delitos no ha sido publicada, pero Pyongyang acusa a Bae, un agente de viajes, de intentar derrocar al liderazgo norcoreano.
"Durante la investigación reconoció que cometió crímenes para derrocar" al liderazgo norcoreano "con hostilidad" hacia él, dijo el sábado la agencia noticiosa estatal norcoreana. "Sus crímenes fueron demostrados por la evidencia. Sera llevado pronto a la Corte Suprema para ser juzgado". No fue anunciada la fecha del fallo.
Los amigos y colegas consideran a Bae un cristiano devoto que vive en la ciudad fronteriza china de Dalian y que solía viajar con frecuencia a Corea del Norte para alimentar a los huérfanos en el país comunista.
Por lo menos otros tres estadounidenses detenidos en los últimos años eran cristianos devotos. Aunque la Constitución norcoreana garantiza la libertad de culto, en la práctica sólo son toleradas las ceremonias aprobadas por el régimen.