Noruega reducirá aportaciones a Brasil por deforestación
La expansión del sector agropecuario, la principal causa de daño ambiental en la zona.
Agencia
Río de Janeiro.- “No se trata de una cuestión política. Las contribuciones están vinculadas a los objetivos de reducción de emisiones y, por lo tanto, de reducción de deforestación”, explicó a Notimex una fuente de la cancillería noruega que pidió que su nombre no fuera citado.
La semana pasada, Noruega ya había expresado en una carta oficial a Brasil su descontento con los índices de deforestación amazónica, y había advertido que podría reducir sus contribuciones si la tendencia no era revertida.
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El anuncio fue realizado en plena visita de Temer y sus ministros a Noruega, y se produce después de que los datos oficiales señalaran un aumento del 29 por ciento de la superficie deforestada en el Amazonas el año pasado, hasta alcanzar los casi ocho mil kilómetros cuadrados de selva.
Organizaciones ambientales acusaron recientemente al gobierno de Temer y al Legislativo de Brasil de lanzar “la mayor ofensiva antiambiental” en décadas, como consecuencia de la aprobación de proyectos para reducir reservas naturales y promover la minería y la expansión de las fronteras agrícolas.
La expansión del sector agropecuario brasileño ha dejado una profunda huella en el medio ambiente, ya que alrededor del 70 por ciento del total de las emisiones brasileñas de gases de efecto invernadero proceden de la destrucción de la selva y de las actividades ganaderas y agrícolas.
A pesar de los esfuerzos por reducir la deforestación en comparación con la década de 1990, cuando las áreas arrasadas del Amazonas llegaron a sumar en un año 23 mil kilómetros cuadrados anuales, Brasil no se comprometió aún a erradicar la deforestación ilegal.
La mayor selva tropical del planeta, que ocupa más del 50 por ciento del territorio brasileño, ha sufrido en los últimos 30 años los efectos de esta tala acelerada, que muchas veces va seguida de la quema de los remanentes del bosque, para abrir áreas de pasto para el ganado bovino o la producción agrícola.
Una dinámica constante que amenaza seriamente al Amazonas, que ya perdió el 19 por ciento de todo el bioma (una determinada parte del planeta que comparte clima, flora y fauna), el equivalente a 750 mil kilómetros cuadrados (más de un tercio del territorio de México) en las últimas décadas.