Obama se enfrenta a la resistencia en el Capitolio

Mientras el presidente de EU busca convencer de atacar Siria, los congresistas están más preocupados por las elecciones de 2014.

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Obama aún no cuenta con el apoyo de la mayoría de congresistas. (EFE)
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Ivan Couronne-AFP/Washington
WASHINGTON, D.C.- La mayoría política que precisa el presidente estadunidense, Barack Obama, para iniciar una ofensiva contra el gobierno sirio demora en materializarse, a pesar del apoyo fundamental de los líderes del Congreso, que dieron libertad de voto a sus filas.

Si la Casa Blanca dudaba todavía del escepticismo en el seno de la Cámara de Representantes, el miércoles pasado probó un bocado durante la prolongada audición del secretario de Estado, John Kerry.

El grupo republicano, que con 233 asientos sobre 435 cuenta con la mayoría en el ente legislativo, está fraccionado entre su base y el presidente de la Cámara John Boehner, que el martes pasado apoyó una ofensiva contra el régimen de Bashar al Asad.

Muchos legisladores estadunidenses temen sobre el vacío que produciría la caída del mandatario sirio o consideran que es muy tarde para intervenir.

Sin solución positiva

“No hay una buena solución”, señaló Michael McCaul, titular de la comisión de Seguridad Interior, a Kerry. Los estadunidenses “ven a Asad como un mal actor que utilizó armas químicas, no hay dudas. Pero ¿quiénes están del otro lado? ¿Quiénes son los rebeldes?”, cuestionó el legislador ante Kerry.

“Los estadunidenses son escépticos y no quieren escuchar hablar de un conflicto condimentado por cuestiones históricas, religiosas y tribales”, estimó por su parte Ed Royce, presidente de la comisión de Asuntos exteriores de la Cámara de Representantes.

“Hablé con cientos de personas, mi oficina recibió unos 300 correos electrónicos. Y ninguno (...) decía: ‘Hay que ir a Siria y combatir el régimen’. Dicen: ‘No vayan a Siria. No hay que involucrarse en su guerra civil’”, lanzó Jeffrey Duncan, del movimiento ultraconservador Tea Party.

Pero la Casa Blanca no saca el pie del acelerador. Toda la semana, altos responsables de la administración demócrata se reunieron con todos aquellos legisladores —tanto de sus filas como republicanos— que quisieron conocer detalles del pedido de autorización del presidente Obama para atacar.

“No es mi credibilidad la que está en cuestión. Está en cuestión la credibilidad de la comunidad internacional y la credibilidad de Estados Unidos y el Congreso”, afirmó el mandatario el miércoles pasado desde Estocolmo, Suecia, antes de partir a Rusia para asistir a la cumbre del G20 en la ciudad de San Petersburgo.

Para lograr el respaldo necesario, Obama deberá primero convencer a los congresistas que están más preocupados por las primarias de las elecciones legislativas de 2014 que por la imagen estadunidense en el mundo.

Desconfianza general

Pero tras 12 años de guerra en Afganistán y la dolorosa experiencia en Irak, los estadunidenses desconfían de los conflictos armados. En este sentido, la prohibición del envío de tropas al terreno de conflicto busca matizar los temores.

“Asistí a demasiados entierros y visité a muchos soldados discapacitados, no quiero que hagamos más eso a menos que sea absolutamente necesario para la supervivencia de Estados Unidos”, señaló Richard Durbin, senador demócrata a favor de la intervención.

Un funcionario reconoció que la Casa Blanca “pierde algunos demócratas” con su posición, lo que hace indispensable el aporte de votos republicanos, no solo en la Cámara de Representantes, sino también en el Senado.

El miércoles pasado, los senadores de la Comisión de Relaciones Exteriores apoyaron con diez votos a favor y siete en contra el proyecto de una intervención “limitada” en territorio sirio, la cual tendría una duración máxima de 60 días con la posibilidad de ampliarla otros 90 días, sin el despliegue de tropas en el terreno. Tres senadores demócratas rechazaron la propuesta.

Obama y sus tenientes repiten que están confiados en obtener los votos necesarios cuando el Congreso retome su actividad el 9 de septiembre.

Sobre las posibilidades de éxito en el Congreso, un aliado cercano al presidente, el representante demócrata Chris Van Hollen afirmó al canal CNN: “Creo que nadie lo sabe hoy”.

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