Panamá: Sepultan a migrantes en jungla del Darién; entre ellos un feto
Los funcionarios, sepultaron 15 cuerpos -12 adultos, dos osamentas y un feto- en el pequeño camposanto de Guayabillo en Agua Fría.
En un aislado cementerio de la provincia panameña del Darién, un grupo de migrantes que perdió la vida al intentar cruzar el tramo más traicionero en su ruta hacia Estados Unidos fue enterrado en una fosa con una tarjeta que contiene los pocos datos que han reunido los investigadores forenses en caso de que alguien reclame los cuerpos algún día.
Los funcionarios, con trajes de protección blancos, sepultaron 15 cuerpos -12 adultos, dos osamentas y un feto- en el pequeño camposanto de Guayabillo en Agua Fría. Un sacerdote con un crucifijo, una vela y dos flores blancas colocadas sobre una pequeña mesa al lado de la fosa realizó una ceremonia sencilla.
En las bolsas de los cadáveres se colocaron en una hoja blanca plastificada indicaciones como “Desconocida en Bajo Grande”, “Desconocido de Rio Tuqueza”, “Infanta desconocida” y “Osamenta desconocida”.
Desde hace mucho los migrantes que logran sobrevivir el cruce de la inhóspita jungla del Darién han dado testimonio de la presencia de numerosos cadáveres a lo largo de una ruta en la que se topan con un tramo al que llaman la “Montaña de la muerte”, con ríos caudalosos -especialmente en temporada de aguaceros-, insectos y víboras venenosas.
Sin embargo, se sabía poco sobre lo que sucede con los cuerpos de esos migrantes que mueren durante un cruce de varios días ya sea por enfermedades naturales, accidentes, ahogamientos u otras causas.
En lo que va del año se han recuperado al menos 50 cuerpos en Darién, según los reportes de las autoridades forenses y de investigación.
Esa cifra supera la de años anteriores en que el hallazgo de cuerpos promediaba entre 20 y 30 y refleja la mayor ola migratoria irregular que se ha registrado en el Darién en algo más de una década.
Según las autoridades, más de 90 mil—en su mayoría haitianos procedentes de naciones sudamericanas como Chile y Brasil— han efectuado esa travesía este año.
Los agentes del Servicio Nacional de Fronteras a menudo ayudan con el rescate de los cuerpos, incluso, utilizando helicópteros para sacarlos con personal de la fiscalía del Darién. Sin embargo, ese es apenas el primer desafío al que se enfrentan los investigadores.
Muchos de los cuerpos a menudo se descomponen debido al ambiente de alta humedad o los animales se los comen parcialmente.
En Panamá, gran parte del trabajo de identificación recae en el personal de Pachar en la morgue de la ciudad de Panamá.
Si es posible, toman las huellas dactilares de las víctimas, crean registros dentales e intentan determinar la causa de la muerte. Toda esa información se ingresa en una base de datos. La mayoría de las víctimas no se encuentran con identificación, ha sido robada o extraviada.
Los entierros han causado resentimiento en algunas comunidades indígenas donde los lugareños no quieren que los migrantes sean sepultados en sus cementerios.
También hay malestar en Agua Fría, por lo que su principal autoridad le pidió al sacerdote Delgado Diamante, quien realizó la ceremonia del entierro, que abordase el asunto en su homilía durante la misa en la iglesia local.
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