El Papa Francisco condenó este domingo el asesinato del activista medioambiental hondureño Juan López, ocurrido a principios de este mes en el municipio de Tocoa, en la región rural de Colón, Honduras. López, un destacado defensor de los ríos y bosques del norte del país, había luchado durante años contra las empresas mineras que operan en la zona. Su muerte ha generado una creciente preocupación internacional por la violencia que enfrentan los activistas en América Latina.

“Estoy con los que ven pisoteados sus derechos fundamentales y con los que actúan por el bien común en respuesta a los gritos de los pobres de la tierra”, declaró el Papa Francisco al final de su mensaje del Ángelus en el Vaticano, uniéndose a varios líderes mundiales que han exigido justicia para López.

El asesinato de Juan López ocurre en la creciente violencia contra los defensores del medioambiente en Honduras. El año pasado, tres activistas de la organización de López fueron asesinados, lo que subraya la peligrosidad de ser un líder ambiental en la región.

Honduras es uno de los países más letales para los defensores del medioambiente, junto con Colombia, Brasil y México, según la organización Global Witness. En 2022, al menos 140 defensores fueron asesinados en estos países, representando el 71% de los homicidios de activistas ambientales en todo el mundo.

Además del Papa, líderes internacionales como Brian A. Nichols, subsecretario de Estado estadounidense, y las Naciones Unidas han instado a las autoridades hondureñas a realizar una investigación exhaustiva para identificar y castigar a los responsables materiales e intelectuales del asesinato.

El caso de López recuerda el asesinato de la activista Berta Cáceres en 2016, un crimen que aún sigue sin resolverse completamente y que sigue siendo un símbolo de la impunidad que prevalece en la región.

(Con información de AP)