Papa disuelve movimiento católico señalado por abuso sexual
Al Sodalicio de Vida Cristiana de Perú se le acusa también de irregularidades financieras y manipulación espiritual.
El papa Francisco ha tomado una decisión histórica al ordenar la disolución del Sodalicio de Vida Cristiana (SCV), un movimiento católico con sede en Perú que durante años ha estado bajo el escrutinio de la Iglesia por acusaciones de abusos sexuales, irregularidades financieras y manipulación espiritual.
La medida pone fin a una organización que, en su mejor momento, contó con 20.000 miembros y una fuerte influencia en América del Sur y Estados Unidos.
El anuncio de la disolución se dio a conocer el lunes mediante un comunicado del propio SCV, el cual fue informado oficialmente durante una asamblea realizada en Aparecida, Brasil, el fin de semana anterior.
En esa reunión, el cardenal Gianfranco Ghirlanda, principal asesor legal del pontífice, comunicó a los miembros del grupo la decisión papal.
El Sodalicio de Vida Cristiana fue fundado en 1971 por Luis Figari como una respuesta conservadora a la teología de la liberación que se expandía en América Latina. Su modelo organizativo se basaba en la obediencia y disciplina estrictas, elementos que, con el tiempo, se convirtieron en herramientas de control sobre sus integrantes.
Las primeras denuncias de abusos contra Figari y otros líderes del SCV se registraron en el año 2000, aunque las quejas ante la arquidiócesis de Lima se intensificaron en 2011. Sin embargo, no hubo acciones concretas ni por parte de la Iglesia peruana ni del Vaticano hasta 2015, cuando el periodista Pedro Salinas y la reportera Paola Ugaz publicaron el libro Mitad Monjes, Mitad Soldados, en el que detallaban las prácticas abusivas dentro del movimiento.
Salinas calificó la disolución como “una extraordinaria noticia”, aunque reconoció que llega con retraso:
“las primeras denuncias fueron hechas hace 25 años por José Enrique Escardó, pero finalmente se hizo justicia”.
Además, resaltó que sin la intervención directa del papa Francisco, “nada habría ocurrido, dado que las instituciones peruanas han exhibido una imperdonable indolencia”.
En 2017, una investigación interna reveló que Figari utilizó su posición para someter a jóvenes reclutas a abusos sexuales y psicológicos. La magnitud del escándalo llevó al Vaticano a ordenar una reforma del grupo, aunque los intentos por corregir el rumbo fueron insuficientes.
Con la crisis aún sin resolverse, el papa Francisco envió a dos de sus investigadores más experimentados, el arzobispo Charles Scicluna y el monseñor Jordi Bertomeu, para realizar un informe sobre el movimiento.
Su investigación reveló un patrón de abusos de poder, manipulación espiritual con tintes sádicos e irregularidades económicas en el manejo de los fondos eclesiásticos. También documentó ataques a periodistas y críticos de la organización.
El informe llevó a la expulsión de Figari y otros diez miembros de alto rango, entre ellos un arzobispo que previamente había demandado a Salinas y Ugaz por sus revelaciones.
Con la eliminación del Sodalicio de Vida Cristiana, ahora la Iglesia enfrentará el desafío de garantizar justicia para las víctimas y prevenir que casos similares se repitan en el futuro.
(Con información de The Associated Press)