Lucha política en Hong Kong, en ceros

Las protestas, que buscaban mayores derechos políticos para los ciudadanos, terminaron con el desalojo de los últimos campamentos.

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La policía desalojó a los últimos manifestantes de los campamentos que instalaron para protestar con miras a obtener mayores derechos políticos. En las áreas 'tomadas', sólo quedaron algunas tiendas de campaña y basura. (AP)
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Agencias
HONG KONG, China.- Las autoridades hongkonesas despejaron el jueves las últimas barricadas y tiendas de campaña en las protestas iniciadas hace dos meses y medio, pero las docenas de activistas y líderes estudiantiles a los que expulsaron de la zona ocupada dijeron que la lucha por más democracia no había terminado.

Cientos de agentes realizaron una metódica y pacífica operación para desmontar el punto de protestas que se extendía por una autopista normalmente ajetreada, junto al distrito financiero del enclave chino. Hong Kong cuenta con un régimen especial, aunque está sujeto a la soberanía china.

Los estudiantes y otros activistas protestaban contra las restricciones impuestas por Beijing sobre las primeras elecciones a líder de la ciudad, aunque el movimiento ha ido perdiendo fuerza en las últimas semanas.

Cientos de manifestantes cumplieron las advertencias de la policía de que abandonaran la zona de protesta en el centro de Hong Kong, pero docenas de estudiantes, legisladores pro democracia y otras personas, incluidos simpatizantes ancianos y de mediana edad, se quedaron sentados en la calle el jueves por la tarde.

Los inconformes corearon lemas como "Quiero una democracia de verdad" y "Volveremos", pero no ofrecieron resistencia cuando se los apartó, uno a uno, en muchos casos cargándolos en volandas (por el aire).

Entre los detenidos por la policía estaban el magnate mediático pro democracia Jimmy Lai, la cantante de pop cantonesa Denise Ho, el veterano activista pro democracia Martin Lee y legisladores partidarios de la democracia como Albert Ho.

Antes, grupos de trabajadores despejaron las barricadas que rodeaban el campamento y la policía entró para desmantelar las tiendas. Las autoridades habían advertido a los inconformes de que serían arrestados si se negaban a marcharse.

"Creo que el espíritu del movimiento aún vive, pero la idea de ocupar las calles se ha acabado", explicó el estudiante Andrew Chan, de 20 años, al marcharse del lugar. "Ni siquiera podemos reunir una gran multitud que venga hoy para combatir a la policía que despeja el sitio".

"Quiero una democracia de verdad" y "Volveremos", gritaban los manifestantes en el momento en el que la policía los desalojaba

Las tiendas y carpas donde se almacenaban el agua y otros suministros para los acampados yacían en montones entre periódicos viejos, sandalias, cajas de cartón y paraguas, que se convirtieron en un símbolo del movimiento de protesta porque los estudiantes los empleaban para defenderse del gas pimienta de la policía.

Uno de los líderes estudiantiles, Alex Chow, había animado a la multitud mientras se acercaba la policía: afirmaba que la lucha no había terminado y que persistirían en la desobediencia civil en los próximos días.

"La gente volverá otra vez, volverá con más fuerza", afirmó.

Los manifestantes rechazan las restricciones de Beijing sobre las primeras elecciones a líder de la ciudad, previstas para 2017, pero no han conseguido ninguna concesión del gobierno de Hong Kong.
El campamento levantado en la zona del Almirantazgo, al borde del distrito financiero, fue el corazón de las protestas, y estuvo 75 días ocupado.

Conforme se acerca el final de su ocupación, los manifestantes coreaban "Quiero sufragio universal" y lanzaban trozos de papel con el mensaje "Volveremos".

Además de los cientos de periodistas en el lugar, un grupo de unos 30 académicos supervisaba la operación policial, al igual que el Consejo Independiente de Quejas de la Policía y varios grupos humanitarios.

El 28 de septiembre, la policía lanzó docenas de rondas de gases lacrimógenos contra miles de personas que protestaban en la zona, molestos por la prolongada detención de líderes estudiantiles. La operación enfureció a los manifestantes y al público general, y dio comienzo a la protesta de liderazgo estudiantil, que llegó a incluir otros dos puntos de protesta en el enclave.

En los últimos dos meses y medio, la policía dijo que 655 personas habían sido arrestadas y 129 agentes resultaron heridos. No se informó de un balance total de heridos.

Una orden judicial distinta llevó al desalojo de la zona de protesta de Mong Kok, el pasado noviembre. La operación, y los consiguientes enfrentamientos durante la noche en las calles aledañas de ese barrio humilde, terminaron con 160 arrestos.

La víspera del desalojo en el Almirantazgo, miles de manifestantes y simpatizantes acudieron al lugar para una última noche de lo que se ha conocido como "Movimiento Paraguas", por el método preferido de sus miembros para defenderse del gas pimienta de la policía.

Dos grupos estudiantiles que jugaron un papel clave en la organización de las protestas pidieron a sus seguidores que se quedaran hasta el último momento, pero no se resistieran a las autoridades.

"Si el gobierno quiere usar a la policía para despejar el sitio, no olviden, el desalojo no puede resolver conflictos políticos, no puede resolver el dilema de la policía", dijo Joshua Wong, de 18 años, líder del grupo Escolarismo y el líder más conocido del movimiento.

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