Presidente y Papa buscan beatificación de arzobispo salvadoreño

El Pontífice recibió a Mauricio Funes, con quien analizó la figura de Óscar Arnulfo Romero, asesinado en 1980.

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El papa Francisco conversa con el presidente de El Salvador, Mauricio Funes, durante su encuentro en la biblioteca privada del Pontífice en el Vaticano. (EFE)
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EFE
CIUDAD DEL VATICANO.-El papa Francisco recibió hoy al presidente de El Salvador, Mauricio Funes, con quien analizó la figura del arzobispo de San Salvador Óscar Arnulfo Romero, asesinado el 24 de marzo de 1980 mientras oficiaba misa, cuyo proceso de beatificación está en marcha.

Francisco y Funes hablaron a solas durante 12 minutos en la biblioteca privada del Pontífice, en un ambiente de "cordialidad", según señaló el Vaticano en un comunicado.

"Se han subrayado las buenas relaciones existentes ente la Santa Sede y El Salvador y, en particular, se ha hablado de la figura del Siervo de Dios Oscar Arnulfo Romero y sobre la importancia de su testimonio para toda la nación", precisó el Vaticano.

También "se apreció" la contribución que la Iglesia Católica ofrece "para la reconciliación y para la consolidación de la paz y en los sectores de la caridad, la educación, la erradicación de la pobreza y la criminalidad organizada".

El papa y Funes hablaron también de la defensa de la vida, del matrimonio y de la familia.

Funes, según informó ayer la presidencia de la República, viajó al Vaticano para interceder ante Francisco por la pronta beatificación de Romero y para exponerle sobre la "tregua" entre pandillas salvadoreñas.

El papa Bergoglio le recibió en la Sala del Tronetto, anexa a la Biblioteca Privada, con un "buenos días", en español, a lo que Funes le respondió: "muchas gracias por recibirme, mucho gusto".

Después pasaron a la Biblioteca, donde se sentaron uno frente a otro delante de la mesa. En los primeros momentos Funes se excusó por haber llegado un cuarto de hora tarde a la cita debido, al parecer, a un retraso del avión.

El Obispo de Roma recordó que la esposa del presidente, Vanda Pignato, que es también Secretaria de Inclusión Social de su gobierno, asistió el 19 de marzo a la misa de inicio de su pontificado.

Después se cerró la puerta de la Biblioteca y prosiguieron la conversación a solas.

Se abrió el proceso de beatificación del prelado, a quien llaman "San Romero de América", aunque no ha sido beatificado

Concluida la audiencia, entró en la sala el séquito presidencial, compuesto por siete personas, entre ellas el Secretario Privado de Presidencia, Francisco Cáceres, y el embajador de El Salvador ante la Santa Sede, Manuel López Barrera.

Funes regaló al papa un relicario dorado, en forma de cruz, que contiene un trozo de la sotana que llevaba Romero cuando fue asesinado por un francotirador mientras oficiaba misa en la capilla del Hospital de la Divina Providencia.

El relicario, precisó el presidente, es obra de las Hermanas de ese hospital.

Los brazos están realizado con la unión de numerosas figuras de personas, que simbolizan la unión del arzobispo con el pueblo salvadoreño.

Funes señaló al papa que Romero siempre estaba rodeado del pueblo y especialmente de los niños.

También contó que numerosos artistas salvadoreños han recogido la vida del arzobispo en numerosos murales, alguno de ellos colocados en el aeropuerto de San Salvador.

El papa le obsequio a Funes con tres medallas del pontificado.

Tras la audiencia, Funes se reunió con el secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone.

Funes afirmó recientemente que consideraba la audiencia "muy importante".

"Queremos empujar el proceso de beatificación de monseñor Romero", cuyo reciente desbloqueo por parte del Vaticano "es una señal esperanzadora de que se va caminando bien", subrayó.

Romero, que se caracterizó por defender a los más pobres y desprotegidos, fue asesinado de un disparo en el pecho mientras oficiaba misa en la capilla del hospital para enfermos de cáncer de San Salvador el 24 de marzo de 1980, cuando estaba a punto de estallar la guerra civil que se prolongó hasta 1992.

En 1994 se abrió el proceso de beatificación del prelado, a quien muchos latinoamericanos llaman "San Romero de América", pese a que aún no ha sido beatificado.

Tras concluirse la parte diocesana salvadoreña, en 1996 el proceso pasó al Vaticano.

En los últimos años se encontraba en una etapa de estancamiento en la Congregación para la Causa de los Santos.

El pasado 22 de abril el papa lo desbloqueó, según informó el presidente del Consejo Pontificio para la Familia, el arzobispo Vincenzo Paglia.

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