MÉXICO.- Durante todo el siglo XX y comienzos del XXI, la cultura de masas relacionó enormemente el mundo financiero con la inversión en bolsa y con los brókeres bursátiles. Para la gran mayoría de la población invertir en finanzas significaba ser Leonardo DiCaprio en El Lobo de Wall Street, Michael Douglas en The Game o Charlie Sheen en Wall Street; es decir, un hombre americano, normalmente residente en Nueva York, presa de una vida de excesos y dinero a espuertas.

Sin embargo, lo primero y más importante es que la realidad nunca ha sido tan monocromática. Desde hace años, el mercado de divisas o Forex ha superado a la bolsa en el nivel de capitales operados al día, mientras que otros como las criptomonedas o las materias primas han ido ganando en importancia. Además, la inversión financiera se ha ido democratizando en estos últimos años con la aparición de los brókeres y la inversión online.

Así pues, ¿cuál es y ha sido el verdadero papel de la inversión bursátil en el mundo financiero más allá de los tópicos creados por la cultura de masas? A continuación, trataremos de mostrarlo.

El Forex: un mercado más grande que la bolsa

Aunque normalmente, por las razones antes expuestas, se suele asumir que el formado por los diferentes mercados de valores es el espacio financiero más grande del mundo, lo cierto es que esta afirmación está lejos de la realidad. El Forex o mercado de divisas es el mercado más importante del mundo en cuanto al capital diario que mueve, en torno a los 6,6 billones de dólares diarios según una encuesta del Banco de Pagos Internacionales.

Al fin y al cabo, el Forex es un espacio mucho mayor debido a que en él se realizan todas las operaciones con cualquiera de las divisas nacionales del globo. Sin embargo, también cabe resaltar que el de divisas es un mercado menos plural que el de acciones. En el foreign exchange, más del 70% de las operaciones estuvieron protagonizadas por los diez principales actores del mercado.

Las criptomonedas son el nuevo fenómeno cultural

Si el Forex ha sido durante mucho tiempo el mercado financiero más grande del mundo por mucho que la bolsa siempre se llevase los focos entre el gran público, los últimos años le han traído al mercado bursátil un gran competidor por la atención de las masas: las criptomonedas. El Bitcoin, producto inventado por Satoshi Nakamoto en el año 2008, se ha convertido en un fenómeno global y con él ha arrastrado al resto de criptomonedas o altcoins creadas desde aquel entonces.

Desde sus primeras subidas importantes allá por 2011, numerosos periódicos y revistas generalistas han repasado una y otra vez la historia del Bitcoin, así como han dado voz a numerosos expertos que han anunciado los futuros más diversos para estos productos: desde ser una burbuja sin valor alguno hasta ser el activo económico del futuro. Quién sabe, quizás solo faltan unos años para que las próximas películas sobre finanzas estén protagonizadas por inversores en Bitcoins, creadores de criptomonedas e investigaciones sobre quién fue, realmente, Satoshi Nakamoto.

El trading online, un nuevo mundo para las acciones

La aparición de la inversión en línea y de los brókeres online también ha traído un nuevo aspecto antes inexistente en el mercado bursátil. Hoy en día, mediante este tipo de trading, casi que cualquiera puede acceder a operar en las principales bolsas mundiales, así como en muchos otros espacios financieros. De su mano, elementos novedosos como el trading de CFDs ha supuesto una alternativa a la compra y venta tradicional de acciones, permitiendo el acceso a los mercados a actores con menos recursos económicos, eso sí, con una contrapartida que nos disponemos a explicar.

Como decíamos, el principal factor que ha propiciado dicho cambio es la aparición de productos financieros derivados como los CFDs o contratos por diferencia, una herramienta utilizada por los brókeres online que permite operar sobre el valor de cualquier tipo de activo (incluyendo las más diversas acciones e índices bursátiles) sin necesidad de tenerlos en propiedad. Eso sí, como todo cambio profundo, éste también cuenta con su contraparte: al ser un producto apalancado (el bróker nos presta crédito que nos permite operar con más capital del que realmente disponemos, aportando nosotros una pequeña parte como garantía), el CFD puede hacernos perder nuestro deposito rápidamente o provocar pérdidas financieras mayores que la inversión inicial que se realiza en ellos, aunque algunos brókeres nos protegen frente a saldos negativos no todos lo hacen. Y es que, como suele pasar en el mundo de las finanzas en general y en el de la bolsa en concreto, nunca nada es tan sencillo como parece.