Reforzarán la seguridad en cárceles de Brasil por homicidios de reos

En 2013 fueron asesinados 218 reclusos en las cárceles de 24 de los 27 estados brasileños.

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Las cárceles de Brasil que, con 550 mil detenidos ocupan el cuarto lugar en el mundo, registran al menos un asesinato cada dos días. (latrola.net)
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Agencias
BRASILIA, Brasil.- Las cárceles de Brasil que, con 550 mil detenidos ocupan el cuarto lugar en el mundo, registran al menos un asesinato cada dos días, informó un reporte publicado hoy, luego de que la presidenta Dilma Rousseff prorrogó la presencia de tropas federales en el estado de Maranhao, donde fueron ejecutados 62 presos, algunos de ellos decapitados.

El gobierno convocó a reunión emergencia para tratar la crisis en los presidios de Maranhao, considerada "terrible" por Naciones Unidas.

En 2013 fueron asesinados 218 reclusos en las cárceles de 24 de los 27 estados brasileños, ya que las autoridades de las prisiones de Alagoas (uno de los más violentos), Bahia y Rondonia, no brindaron datos para el informe elaborado por el diario Folha de Sao Paulo, según publica el sitio web ansa.it.

El matutino divulgó esta semana imágenes captadas con un teléfono celular en las que presidiarios decapitan a otros presos en la cárcel de Pedrinhas, ubicada en Sao Luis, la capital del estado de Maranhao, epicentro de la tensión.

La Secretaría de Derechos Humanos, que depende directamente de la Presidencia, consideró que la situación en Maranhao es "gravísima" y sostuvo que "la barbarie y la banalización de la vida son una afrenta al Estado Democrático".

La alta comisionada para Derechos Humanos de la ONU, Navy Pillay, calificó como "terrible" la situación imperante en Brasil

El Complejo Penitenciario de Pedrinhas representa el 28 por ciento de todos los asesinatos registrados en 2013 en Brasil, según el relevamiento que solo contempla muertes violentas, provocadas con armas de fuego, armas blancas o golpizas.

Según los autores del trabajo, los números reales seguramente son más altos en Brasil y también en Maranhao, porque se sabe que son cometidos crímenes en las comisarías donde se hacinan decenas de miles de encauzados, antes de ser traslados a reclusorios.

"La información incompleta sobre muertes es la regla", no la excepción, aseguró el abogado José de Jesus Filho, miembro de la Comisión Pastoral de las Cárceles, organismo dependientes de la Iglesia católica.

Con cerca de 550 mil reclusos, un alto porcentaje de los cuales no tiene sentencia firme, Brasil es el cuarto país del mundo detrás de Estados Unidos (2.2 millones), China (1,6 millones) y Rusia (680 mil).

Hay otro factor que autoriza suponer que las cifras de presos ejecutados exceden a las publicadas hoy: dado que el estudio excluyó a las muertes dudosas que están bajo investigación (muchas de ellas nunca concluyen) y a los frecuentes envenenamientos.

Familiares e internos contaron que es moneda corriente que miembros de una facción obliguen a sus rivales a ingerir el llamado "Gatorade de la Muerte", compuesto por drogas y otras sustancias que suelen causar la muerte en pocos minutos.

Las víctimas de esa pócima fatal generalmente son incluidas en las listas de muertes naturales y los agentes penitenciarios admiten su impotencia para investigar esos casos dudosos, así como para impedir ajuste de cuentas.

"Cuando alguien planea la muerte de otra persona de la que conoce su rutina en la cárcel (para nosotros) resulta difícil poder impedirla", declaró Joao Carvalho Coutinho Junior, superintendente de seguridad penitenciaria del estado de Goias, en la región centro oeste.

El accionar de las mafias carcelarias no se limita a los crímenes internos pues cuentan con redes de complicidades, muchas veces afincadas en favelas, desde donde se lanzan operaciones de atentados urbanos.

La semana pasada en Sao Luis el incendio de un autobús dejó una niña muerta y varios heridos, cuatro de los cuales continúan internados en estado reservado.

La policía de Maranhao informó hoy la detención en el estado amazónico de Pará de varios sospechosos de haber participado en los ataques contra cuatro ómnibus y dos comisarías de Sao Luis.

La crisis preocupa a la presidenta Rousseff, que el miércoles convocó al Palacio del Planalto al ministro de Justicia, José Cardozo, tras lo cual se anunció que cientos de efectivos de la Fuerza Nacional de Seguridad permanecerán en Maranhao hasta febrero para evitar nuevas crisis en los presidios.

Reunión en Planalto

Paralelamente, este jueves se realizó en el Palacio del Planalto una reunión extraordinaria coordinada por la ministra de Derechos Humanos, Maria do Rosario Nunes, en la que participarán varios ministerios, entre ellos el de Relaciones Exteriores, debido a la repercusión internacional de los hechos.

La alta comisionada para Derechos Humanos de la ONU, Navy Pillay, calificó el miércoles como "terrible" la situación imperante en Brasil.

"Lamentamos tener que expresar una vez más nuestra preocupación ante el terrible estado de las prisiones en Brasil y apelar a las autoridades par que tomen medidas inmediatas para restaurar el orden en Pedrinhas y otras prisiones", consignó la oficina de prensa de Pillay.

Fuentes de la Cancillería señalaron que el gobierno trabaja para solucionar la situación, pero no está previsto, de momento, dirigir una respuesta formal a la Alta Comisionada de la ONU.

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