Una grave sequía ha impactado a la cuenca del Amazonas, provocando que el río Negro, uno de sus principales afluentes, alcance el nivel más bajo jamás registrado.

Según el servicio geológico de Brasil, el viernes el nivel del río en el puerto de Manaos descendió a 12,66 metros, significativamente por debajo del nivel promedio de 21 metros. Este es el nivel más bajo desde que comenzaron las mediciones hace 122 años.

La Amazonía pasa por una sequía muy fuerte.

Una muestra de ello es el Igarapé Tumbira, brazo del Río Negro. pic.twitter.com/RUql1sI7hY

— Antropoceno (@Antropocenista) October 8, 2023

La situación es alarmante no solo para el río Negro, sino también para otros afluentes importantes de la cuenca amazónica, como el río Madeira, el afluente más largo del Amazonas, que también se encuentra en niveles críticos. Según Andre Martinelli, jefe de hidrología en la región, se espera que el nivel del agua siga descendiendo en las próximas semanas debido a la previsión de escasas lluvias en las áreas río arriba.

Las consecuencias de esta sequía son devastadoras para la población local. En Manaos, la ciudad más grande de la selva amazónica, muchos residentes como Gracita Barbosa, de 28 años, se han visto afectados. Barbosa trabajaba como cajera en una tienda flotante sobre el río, pero ahora está desempleada, ya que las embarcaciones no pueden navegar debido a la disminución del nivel del agua.

Afectaciones por la sequìa extrema

Además, actividades cotidianas como bañarse en el río o recolectar agua potable se han vuelto imposibles, obligando a la población a recorrer mayores distancias para obtener agua.

Esta sequía extrema, que afecta a alrededor del 10% de la cuenca amazónica, es un recordatorio de los crecientes desafíos climáticos que enfrenta la región. Con los niveles de agua descendiendo y sin pronóstico de lluvias significativas, las comunidades locales temen que la situación empeore en las próximas semanas.

(Con información de The Associated Press)