Se redime rehabilitando a sexoservidoras presas

Kathryn Griffin Grinan dejó las calles y las drogas e implantó un programa que se convirtió en ley en Texas.

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Kathryn Griffin Grinan (c) baila con las reclusas durante una sesión de un programa para rehabilitar a prostitutas drogadictas que cumplen condenas a prisión. (Agencias)
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Agencias
HOUSTON, Texas.- Aun en las peores tragedias de la vida siempre hay una luz de esperanza que nos guía hacia el buen camino. Esta es una de esas historia, publicada por The Associated Press.

Tricia Chambers inició su vida bajo la fuerte dependencia de heroína y metadona. Desde temprano fue inducida al tráfico de pornografía infantil y a los 9 años de edad ya había iniciado una carrera como prostituta, junto a su madre.

Ahora a los 42 años, Chambers ha conseguido lo que cree será su primera verdadera oportunidad en la vida... en una cárcel del centro de Houston.

En ese mismo lugar repleto de reclusas con uniformes anaranjados, Kathryn Griffin Grinan, una exprostituta que ahora se viste de traje y tacones, transforma su organización sin fines de lucro We've Been There Done That, (Hemos estado ahí, hemos hecho eso) en un programa financiado por los contribuyentes que colabora con las autoridades y con el sistema judicial para reformar a esas mujeres.

"Una se puede curar de esto. Una tiene que estar lista y desearlo", dijo Griffin, recordando cómo fue que pasó de ser una estudiante universitaria a una mujer de la calle. "Sólo prostitutas... nadie se preocupa por nosotras. Bueno, porque estuve ahí y he sentido lo mismo y dejé de hacerlo, sabía que podía compartirlo y ayudar a otras a dejarlo".

El programa ha tenido tanto éxito que la legislatura de Texas en este período lo convirtió en ley

El programa ha tenido tanto éxito que la legislatura de Texas en este período lo convirtió en ley y requiere a que otras grandes ciudades del estado creen sus propios programas.

Griffin, que había sido adoptada al nacer, tenía un novio de 28 años cuando tenía 14 años. Dos años después era una de las estudiantes más jóvenes en una universidad de Houston y estaba metida en un mundo de drogas, alcohol y sexo.

En 1983 participó en la gira "Cold Blooded" (A sangre fría) del cantante Rick James y llegó a tener un consumo de cocaína en que gastaba 30 mil dólares mensuales.

Cuando concluyó la gira y se acabaron las drogas, Griffin se dedicó a la prostitución a fin de mantener su vicio. Fue prostituta a domicilio, amante y finalmente prostituta callejera que vivía dopada.

Después que ingresó y abandonó casi dos docenas de programas de rehabilitación de drogas, Griffin dejó el vicio hace 10 años con la ayuda de un programa de los tribunales de Houston. Fue entonces que aprendió lo que funcionaba y lo que no, y preparó un programa de rehabilitación para prostitutas.

"Existen las que tienen secretos", explicó Griffin. "Se aferran a sus secretos y éstos siguen enfermándolas, más y más. Y es cuando yo intervengo y hurgo en lo más profundo y les ayudo a limpiarlos", relató.

Houston, Dallas y otras ciudades de Texas comenzaron a cambiar el trato a las prostitutas después que la Corte Suprema dictaminó en el 2010 que las niñas de 14 años y menores no pueden ser procesadas por prostitución. El fallo ha cambiado radicalmente el trato a los adolescentes y a los adultos.

Dallas y Houston figuran entre las ciudades del país que han creado tribunales especiales para lidiar con prostitutas infantiles al enviarlas a programas de recuperación. Muchas de ellas, según comprobaron, fueron víctimas de abuso sexual o físico.

Algunas son hijas de madres adictas a las drogas y también prostitutas. Otras fueron vendidas a un proxeneta, algunas veces a cambio de un paquete de cigarrillos.

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