Este lunes 18 de noviembre, las autoridades de Filipinas informaron que debido al paso del tifón 'Pepito', conocido internacionalmente como 'Man Yi', se ha registrado un saldo de ocho muertos.

Hasta ahora no se habían reportado víctimas mortales, pero los datos más recientes revelan el impacto devastador del fenómeno.

Siete de las víctimas perdieron la vida en un deslizamiento de tierra ocurrido en la localidad de Ambauito, en Nueva Vizcaya, al norte de Manila. 

La tragedia también dejó un fallecido adicional en Camarines Norte, agravando las consecuencias de este potente tifón que ha azotado la región con fuerza. 

Las autoridades también dieron a conocer que continúan monitoreando la situación y evaluando los daños.

Además, la crecida del agua y la apertura de las esclusas de la presa de Magat ha provocado el desbordamiento del río Cagayán y cubierto de agua unas 500 viviendas de las riberas.

Esta crecida y desbordamiento sorprendió a la población cuando todavía estaba limpiando los destrozos causados por el tifón 'Pepito'. 

"Si la presa sigue soltando agua por sus siete esclusas puede que la ciudad de Ilagan quede totalmente borrada del mapa por las inundaciones", lamentó el presidente del Comité de Preparación para Desastres de la ciudad, Jun Montereal, citado por el diario 'Manila Times'.

Sin embargo, un responsable de la presa, Carlo Ablan, advirtió que si no se mantienen abiertas la esclusas ‘la situación podría provocar la rotura de la presa y eso sería un problema mucho mayor’.

La Administración de Servicios Atmosféricos, Geofísicos y Astronómicos de Filipinas (PAGASA) indicó que el fenómeno meteorológico, calificado en un primer momento de ‘supertifón’, se había debilitado a lo largo del fin de semana, antes de comenzar a alejarse del archipiélago.

No obstante, confirmó que se trata de la sexta tormenta tropical que golpea Filipinas en tan solo un mes y lamentó el rastro de destrucción a su paso, especialmente en el municipio de Catanduanes, en el este de Filipinas. 

El tifón se ha desplazado con vientos máximos sostenidos de unos 110 kilómetros por hora y ráfagas que han alcanzado los 135 kilómetros por hora.

Más de 685 mil personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares en las provincias del noreste del país debido al peligro que ha supuesto el tifón, ‘potencialmente peligroso para la vida’, tal y como informaban las agencias del gobierno filipino, según informaciones recogidas por el diario 'The Philippines Star'.

Los fuertes vientos provocaron la caída de árboles, postes eléctricos y tejados, al tiempo que las lluvias han dejado tras de sí fuertes inundaciones, especialmente en zonas costeras.

Con información de Reforma