Agencias
NUEVA YORK, EU.- Afectada por una epidemia de acoso sexual sin precedentes -una mujer, de cada dos, dijo haberla vivido en los cuatro años de colegio en Harvard-, la más ilustre universidad de Estados Unidos tiene en la mira a sus clubes solo para hombres, y les advirtieron que tienen hasta el 15 de abril para admitir mujeres.

No tardaron en llegar las protestas y por primera vez el Porcellian, uno de los clubes más antiguos -entre sus miembros estuvo el ex presidente Theodore Roosevelt-, rompió un silencio de dos siglos para protestar contra la amenaza.

Charles Storey, clase 1982 y presidente de Harpoon, la más importante compañía de cerveza independiente de Estados Unidos, escribió en el periódico del campus "Harvard Crimson" que estaba "desconcertado" por la teoría de que, admitiendo a las mujeres en el club se reducirían los acosos sexuales y las violaciones, según publica el sitio web ansa.it.

"Obligar a los clubes de un solo sexo que acepten a personas del sexo opuesto aumenta, en lugar de disminuir, la probabilidad de incidentes", escribió Storey.

Haciendo memoria en Harvard, el Porcellian jamás se había manifestado públicamente en sus 225 años de historia, pero más allá de esta curiosidad estadística, el razonamiento provocó indignación: "¿No es como admitir que son todos abusadores?", comentó en Twitter una estudiante.

En el sitio de Harpoon, Storey hizo un mea culpa: "He usado mal las palabras y fui mal interpretado. Me tomo seriamente el problema de los abusos sexuales y me disculpo".

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Mientras llegaba el mea culpa del Porcellian, una reunión entre el decano del college, Rakesh Khurana, y los representantes de los clubes terminó en la nada.

"Ninguna de las conversaciones de los últimos ocho meses resolvió el problema de los abusos. Harvard hizo de los clubes 'single sex' un chivo expiatorio", dijo Richard Porteus, presidente del exclusivo club Fly, que tuvo entre sus miembros al ex presidente Franklin Delano Roosevelt.

En un mundo en el que las universidades están luchando con otros problemas -incluyendo la creación de un entorno más acogedor para las minorías, incluidas los sexuales- los clubes singles parecen ser una reliquia del pasado.

Fueron etiquetados en los últimos años como racistas -el Procellian admitió por primera vez a un negro en 1983-, clasistas, anti-semitas e irrelevantes.