Berlín.- Naomi Seibt, una joven youtuber alemana de 19 años, se está haciendo famosa con rapidez debido a que niega completamente el cambio climático y sus efectos. Aunque le molesta que la vean como “el antídoto contra Greta Thunberg”, la realidad es que sus postulados plantean tesis completamente opuestas a las de la famosa activista sueca.

En sus vídeos, la influencer critica la "ideología despreciablemente antihumana" de los activistas de la crisis del clima, a los que tacha de "alarmistas".

Por sus comentarios conservadores sobre el medio ambiente, su rechazo a la inmigración y, especialmente su cercanía al partido de derecha Alternativa por Alemania, ha sido acusada de neonazi y negacionista, en tanto ella se considera "liberal" y "climática realista”.

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Nacida en Munster, en Alemania Occidental, Naomi Seibt llamó la atención por primera vez por ensayos publicados en Philosophia Perennis, un blog alemán de extrema derecha que impulsa la retórica “antiislamización” y antiinmigrante. Fue publicada por primera vez en el sitio en 2017.

Desde su canal propio de Youtube donde ya suma 50 mil seguidores, Seibt insiste en que Greta exagera en sus cálculos. En un video publicado en la web del Heartland Institute asegura, con la mirada clavada en la cámara, muy al estilo Greta: "No quiero que entres en pánico. Quiero que pienses".

Su postura ha sido del agrado de diferentes líderes internacional como el presidente de EEUU, Donald Trump, quien vio con beneplácito su debut en tierras norteamericanas en la Conferencia de Acción Política Conservadora que se celebra esta semana en Washington.

Naomi Seibt también rechaza el feminismo y la inmigración, por eso los medios alemanes la describen como una simpatizante de la Alternativa Nacionalista para Alemania (AfD), que organiza eventos masivos contrarios al cambio climático.

Así, mientras Greta Thunberg pronunciaba su emotivo discurso en la cumbre COP25 de la ONU en Madrid, Naomi Seibt estaba a solo unos kilómetros de distancia y era la oradora principal del evento del Heartland Institute, con un mensaje opuesto al de la activista sueca.