Microfinancieras 'garantizan' macrofraudes

Con publicidad 'intensiva', atraen a clientes con oferta de bajos intereses, requisitos mínimos y altos montos a prestar.

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Las financieras suelen ser un recurso muy recurrido por los microempresarios y ciudadanos, pero en muchos de los casos son empresas que no tienen sustento legal y que desaparecen con facilidad. (Imagen de contexto/elfinanciero.com)
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Agencias
MÉXICO, DF.- En México, la palabra piratería está ligada a discos, ropa, zapatos o cualquier artículo que ha sido falsificado, pero su alcance va más allá y con empresas irregulares también llega al sistema financiero.

No son pocas las personas o empresas que ante la necesidad de financiamiento acuden a una microfinanciera, que entre otras cosas promete una rápida solución y el plus de no consultar el Buró de Crédito, pero eso sí, con un anticipo previo a modo de comisión.

Entre los miles de casos se encuentra el de Ricardo, pequeño empresario del ramo maquilador, quien en busca de recursos para pagar deudas con proveedores acudió —luego de ver un anuncio publicitario— a la financiera Dinero Fácil.

“El proceso fue simple, una vez hecho el contacto me pidieron ir a sus oficinas, ahí me solicitaron datos personales y mis percepciones salariales, posteriormente llené una formato y en menos de 10 minutos me habían autorizado un crédito de 500 mil pesos a tres años y con una tasa de solo 4 por ciento”, narró.

Posteriormente, continuó explicando el empresario, la financiera le dijo que lo único que faltaba era que su préstamo fuera aprobado por la oficina matriz, y que hiciera un depósito de 5 por ciento del monto total; es decir, 25 mil pesos, el cual era un seguro que garantizaba las mensualidades, según le dijeron.

Ante la presión de sus proveedores, Ricardo usó su tarjeta de crédito para conseguir los 25 mil pesos y así su préstamo fuera liberado; sin embargo, éste jamás llegó, la explicación de Dinero Fácil fue que el contrato firmado especificaba que el acuerdo era solo por una gestión de crédito y que no garantizaba el otorgamiento del crédito y tras un tiempo desapareció.

Ricardo fue víctima de una financiera pirata que, según José María Aramburú, vicepresidente de delegaciones de la Condusef, son aquellas que con engaños se hacen pasar por una institución debidamente autorizada, regulada y supervisada, además de que con publicidad ostentosa y mensajes provocativos ofrecen un producto financiero a sabiendas de que no tienen la autorización correspondiente.

Los intereses por los préstamos de algunas financieras 'pirata' llegan a tasas de hasta el 200 por ciento anual

Aunque esta práctica se detectó desde 2009, la autoridad dice que es prácticamente imposible saber cuántas financieras de este tipo operan en el país; sin embargo, el funcionario señaló que hay una manera sencilla de saber con qué instituciones se puede llevar a cabo un trato sin exponerse a un fraude, y ella es consultando el Sistema del Registro de Prestadores de Servicios Financieros (Sipres).

Al consultar el Sipres se corroboró que Dinero Fácil no figura en la lista de entidades autorizadas. “Por deducción, no es recomendable celebrar un contrato crediticio con aquellas empresas que no se encuentran dentro del listado”, dijo José María Aramburú.

El vocero de la Condusef explicó que estas financieras pirata mantienen dos formas de operar, la primera es ofrecer directamente los créditos en alguna oficina propia, y la segunda es a través de despachos que fungen como sus intermediarios, los cuales piden anticipos hasta de 10 por ciento del monto y en la mayoría de las veces nunca llega el préstamo.

Las dos formas de operar usan los mismos mecanismos, explicó Aramburú: se acercan al cliente con publicidad ostentosa, prometen no consultar el reporte de crédito especial, tasas de interés bajas, requisitos mínimos para la aprobación, montos hasta de un millón de pesos y, sobre todo, rapidez en el otorgamiento del préstamo.

Sin embargo, la realidad es muy diferente, en el caso de que se consiga el crédito, según la Condusef, se tiene detectado que las condiciones originales en las que se contrató el crédito no se respetan y sufren alteraciones con el paso del tiempo, al grado de que las tasas de interés y el costo anual total llegan a ser hasta de 200 por ciento.

Por otro lado, los riegos de realizar un trato con un intermediario, como puede ser un despacho, es perder el anticipo hasta de 10 por ciento que se llega a pedir para la aprobación del préstamo, además de que bajo complejos términos jurídicos se excusan para jamás conceder el crédito.

Hay forma de identificar a estas compañías que dicen otorgar créditos fáciles, la primera es consultar el Sipres que está en la página de la Condusef, regularmente ofrecen dar préstamos sin garantías de por medio y tienen poco tiempo en sus establecimientos, por ello, antes de contratar un crédito se debe tomar un tiempo para comparar opciones, dado que además, tal acción puede reducir hasta 20 por ciento el costo del producto.

Por haber dinero de por medio, el caso de Ricardo se trató de un fraude y ya ha abierto un juicio de por medio; sin embargo, todo depende de cada asunto, y el primer lugar a donde se debe acudir es a la Procuraduría Federal del Consumidor y no a la Condusef, dado que no se trata formalmente de una institución financiera.

(Con información de Milenio Digital)

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