Jorge Cano

CIUDAD DE MÉXICO.- La fiscalización más agresiva por parte del Servicio de Administración Tributaria (SAT) fue lo que permitió que la deuda pública aumentara menos de lo esperado en 2020, aseguró la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

Luego del impacto de la pandemia, Hacienda estimó cerrar 2020 con una deuda de 54.7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), pero la deuda observada fue de 52.3 por ciento, refirió Rodrigo Mariscal Paredes, director general de Análisis Macroeconómico de la SHCP, durante la conferencia virtual "Presupuesto 2021, Economía Mexicana y Respuesta ante el Covid-19", organizada por la UNAM.

"¿Qué explica este mejor resultado? Una parte es que vimos que iba a haber un balance mucho más negativo, pero creo que hubo sorpresas positivas. La primera sorpresa fue por el lado de los ingresos tributarios, que, de hecho, subieron cuando todos esperábamos que fueran a bajar.

"Esto se debió a un esfuerzo muy importante de la Secretaría de Hacienda y el SAT para tratar de evitar deducciones fiscales y ser mucho más agresivos en el cobro de impuestos. Esto ayudó a que no cayeran los ingresos tributarios tanto y pudiéramos tener una mejor deuda", comentó.

Refirió que en 2020 se presupuestó que los ingresos tributarios representaran 13.3 por ciento del PIB, pero que terminaron en el equivalente a 14.4 por ciento, derivado de los esfuerzos para combatir la evasión y elusiones fiscales.

Asimismo, comentó que se utilizaron 244 mil millones de pesos de diferentes activos financieros. En primer lugar, se usaron 156 mil millones del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP), que se activa cuando los ingresos observados son menores a los presupuestados. 

También se recurrió a 55 mil millones de pesos obtenidos por la liquidación de fondos y fideicomisos y 32 mil millones por recuperación de capital de entidades, explicó Mariscal Paredes.