Mexicana sigue en tierra por falta de una firma
Los acreedores mayoritarios suscribieron ya un acuerdo para el rescate de la aerolínea, pero falta el aval del Nuevo Grupo Aeronáutico.
Agencias
MÉXICO, D.F.- Pese a que los acreedores mayoritarios de la base de mantenimiento MRO de Mexicana suscribieron el acuerdo concursal, como son Banorte, Bancomext y el AICEM, falta que también Nuevo Grupo Aeronáutico y Aeropuertos firmen el acuerdo.
"La falta de disposición para firmar el convenio puede repercutir tanto en sus acreedores, trabajadores, y proveedores, como en aquellos con los que de modo directo o indirecto mantienen una relación comercial", aseguró la juez rectora del concurso mercantil de Mexicana de Aviación y sus filiales, Edith Alarcón.
Ante ello, dijo, y haciendo uso de los medios legales del Juzgado Décimo Primero de Distrito en Materia Civil del Distrito Federal, solicitó al administrador Gerardo Badín que a la brevedad posible, proceda a la suscripción del mismo, de acuerdo con Milenio.
Afirmó que una vez que dicho escrito sea analizado en su integridad, en relación con sus planteamientos y las constancias que integran el expediente, se acordará lo que en derecho corresponda.
En el acuerdo publicado en el Consejo de la Judicatura, Alarcón detalló que fue presentado por Gerardo Badín el convenio concursal suscrito por la mayoría de los acreedores reconocido, siendo la única solución viable y legal para que Mexicana MRO, pueda continuar operando y generando los empleos.
Respeto a derechos
De igual manera, respeta los derechos de los trabajadores y de los demás acreedores de la firma, además de que los pagos a los acreedores comunes se harán en un periodo de diez años, lapso en el cual la concursada puede disponer de sus recursos para enfrentar la operación ordinaria.
El Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), Bancomext y Banorte, acreedores mayoritarios de la base de mantenimiento, presentaron una propuesta para capitalizar a Mexicana MRO por más de mil 350 millones de pesos y evitar así la quiebra de la empresa, misma que fue aceptada por la juez rectora del concurso mercantil.