En los últimos años, el uso de los servicios en la nube ha crecido de manera exponencial a nivel global, transformándose en un componente esencial para una amplia gama de aplicaciones, desde las más simples en dispositivos móviles hasta los complejos sistemas empresariales. 

La nube se ha vuelto un recurso imprescindible para compañías de diversos sectores y tamaños.

México, en particular, está comenzando a ganar relevancia en este ámbito, impulsado por el fenómeno del nearshoring, que consiste en trasladar operaciones y servicios a países cercanos a los mercados principales. 

Este movimiento ha desencadenado una oleada de inversiones en el país, especialmente en el sector tecnológico.

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Un ejemplo de esta tendencia es la apuesta de Amazon Web Services (AWS), que anunció una inversión de cinco mil millones de dólares en los próximos 15 años para establecer centros de datos en México, con el objetivo posicionar al país como un eje tecnológico continental.

La elección de Querétaro como sede de estos centros de datos no es casualidad. Su ubicación estratégica, lo convierte en un lugar ideal para desarrollar un hub tecnológico de alcance regional y global.

Además del crecimiento de los servicios en la nube, el acceso a internet en México está en expansión. En el corto plazo, esto garantizará que toda la nación cuente con cobertura, incluyendo a los sectores más desfavorecidos.

Iniciativas como la digitalización de aduanas y servicios gubernamentales, junto con la llegada de internet a comunidades rurales a través de alianzas con Starlink, están transformando el panorama digital.

Desconectados 

Datos del INEGI detallan que en México hay 170 mil escuelas públicas, de las cuales un 30 por ciento no cuentan con acceso a internet. Esto significa que aproximadamente 9 millones de estudiantes están desconectados, marcando el inicio de una carrera dispareja en educación y competitividad.

Los jóvenes en comunidades más alejadas enfrentan una desventaja significativa frente a sus pares en escuelas privadas.

Estas comunidades históricamente marginadas ahora tienen la oportunidad de integrarse poco a poco en la economía digital global, lo que podría catalizar el desarrollo económico y social en regiones con una gran deuda histórica.

Aprovechando la cultura

México cuenta con diferenciadores globales como la gastronomía, la artesanía y su rica cultura, que pueden ser aprovechados al combinar el acceso a la información con la capacidad de hacer negocios globales.

Este enfoque permitiría pasar de vender artesanías en el centro del pueblo a hacerlo en todo el mundo, globalizando nuestro legado cultural en beneficio económico de su gente y lugares de origen.

Reduciendo la brecha económica y social

La conectividad en zonas rurales facilita la educación, el acceso a servicios de salud y abre nuevas oportunidades de negocio y empleo para millones de mexicanos. 

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El impacto positivo de la conectividad en estas comunidades es innegable, y su integración al mundo digital es un paso crucial para reducir la brecha económica y social en el país. 

La combinación de inversiones en la nube, la expansión del acceso a internet y la digitalización de servicios clave, promete un futuro mejor para todos los mexicanos. Con una infraestructura tecnológica robusta, México no sólo atraerá más inversiones extranjeras, sino que también mejorará la calidad de vida de todos sus habitantes.

Con información de Reforma