Monte Xanic ya no será lo que era

La nueva identidad de Xanic será lanzada a partir de junio e incluye desde el logo corporativo hasta las etiquetas de sus 14 vinos.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Después de 30 años, la bodega que marcó el inicio de la “revolución del vino mexicano” decide darse una refrescada. “Este año, para nosotros, es estratégico, porque tenemos el lanzamiento de la nueva imagen, que refleja nuestro liderazgo ante la industria a través de innovación y tecnología”, me dice Hans Backhoff, director general de Monte Xanic.

La nueva identidad (mucho más limpia, monocromática y sobria) será lanzada a partir de junio e incluye desde el logo corporativo hasta las etiquetas de sus 14 vinos.

No es la única inversión reciente. Hace pocos meses cortaron las cintas de una nueva bodega en la que invirtieron unos 3 millones de dólares.

La intención no es solo vender vino, sino también experiencias y apostarle fuerte al turismo enológico (mismo que es alimentado en 30 por ciento por visitantes de Estados Unidos). “Queremos decir y mostrar que somos una vinícola del primer mundo”, agrega el CEO.

Monte Xanic es la marca nacional líder en su segmento y en un mercado que no para de crecer. Según datos del sector, la expansión del vino nacional en los últimos 15 años ha sido de 10 por ciento en volumen y casi 17 por ciento en valor.

Hoy los vinos mexicanos captan 32 por ciento del consumo en el país y apenas se exporta 5 por ciento de lo que se produce en las bodegas nacionales.

Eso sí, a pesar de toda la revolución y de toda la moda, el consumo promedio per cápita sigue siendo bajo en nuestro país (600 mililitros, cuando en Francia es de 44 litros). Para la gente de Monte Xanic es posible llegar a dos litros per cápita en unos 10 años. “Si logramos ya triplicar el consumo en pocos años, claro que podemos con esa meta”, agrega Backhoff.

Y ahí viene un desafío interesante, porque ese 32 por ciento de consumo interno se sostiene con la producción de las 3 mil 500 hectáreas de viñedos que hoy tienen todas las bodegas en el país. Pero si el consumo sigue creciendo hasta llegar a esos dos litros por persona, será necesario duplicar —también en la próxima década— el área sembrada.

Se trata de una inversión del sector de 105 millones de dólares, si se calcula que cada hectárea en la zona vitivinícola se vende en unos 30 mil dólares.

Por lo pronto, Monte Xanic ya está ampliando sus viñedos. Acaba de comprar 50 hectáreas en una nueva zona vitivinícola, vecina al Valle de Guadalupe (Ojos Negros), que le va a permitir aumentar su producción 60 por ciento en los próximos cinco años.

Lo más leído

skeleton





skeleton