Nuevo León, reto del PAN
El problema del PAN para regresar a la contienda no es el PRI, sino Jaime Rodríguez y Fernando Elizondo.
Hoy día el PAN resuelve quien habrá de ser su candidato(a) a gobernador de Nuevo León. Las elecciones en dicha entidad se revelan de la mayor trascendencia no solo para el albiazul. La definición de candidato entre Margarita Arellanes y Felipe de Jesús Cantú se da en el marco de las dificultades del PAN frente a las candidaturas del ex gobernador panista Fernando Elizondo por Movimiento Ciudadano y la del ex alcalde priista Jaime Rodríguez, autonombrado El Bronco, como candidato independiente.
Hasta hace unas semanas la elección interna del PAN parecía mero trámite; la postulación de Arellanes se daba por hecho. Sin embargo, la salida accidentada de la ex alcaldesa, el fuego amigo y la candidatura de Fernando Elizondo abrieron paso a Felipe de Jesús Cantú.
La integración del padrón de electores del PAN no es terreno parejo, favorece a la alcaldesa; sin embargo, deserciones en su propio equipo podrían abrir la puerta a quien fuera alcalde de Monterrey cuando Vicente Fox ganó la Presidencia. Arellanes ha contraatacado y en un video de manera sutil se lanza contra su adversario y se apropia de un logro ajeno que es la creación de la policía Fuerza Ciudadana.
La fragmentación de la oposición significa que la senadora Ivonne Álvarez pueda ganar con bajo porcentaje de votos. Incluso en el PAN, a manera de autoexculparse, se ha dejado correr la idea de que las candidaturas de Elizondo y Rodríguez son alentadas desde el gobierno estatal con el propósito de frenarlos. La realidad es que si la elección tuviera lugar en estos momentos, el PAN quedaría en tercer sitio de las preferencias, indistintamente de quien fuera su candidato(a) a la gubernatura, según estudios de opinión recientes del SDP Noticias o el de SABA Consultores.
El problema del PAN para regresar a la contienda no es el PRI, sino Jaime Rodríguez y Fernando Elizondo; además, su posición en la competencia en las principales alcaldías se anticipa claramente adversa.
En otras palabras, los problemas del PAN remiten a un deterioro estructural que viene de tiempo atrás y que significa que muchos electores busquen en otras opciones canalizar su rechazo al PRI, lo que ha favorecido más que a Fernando Elizondo, panista con aprecio y reconocimiento, al candidato independiente, a grado tal que no es difícil que en el futuro el ex gobernador decline a favor de Jaime Rodríguez en acuerdo con la dirección nacional de Movimiento Ciudadano, decisión que favorecería al PAN, ya que buena parte de la simpatía de Elizondo viene de las zonas tradicionalmente panistas como es San Pedro y San Nicolás.
En el contexto nacional, la derrota en Nuevo León no sería mayor asunto, pero sería ominoso para el PAN quedar en tercer lugar, como es posible ocurra en Guerrero y Campeche, con la diferencia de que allí nunca ha gobernado. El PAN tiene perspectivas favorables en Baja California Sur y Sonora. Está en la competencia en Michoacán, San Luis Potosí y Querétaro.
En Colima fue un error bajar al alcalde de Manzanillo, Virgilio Mendoza, el mejor en las intenciones de voto, para imponer al senador maderista Jorge Luis Preciado. En fin, el PAN tiene buenas perspectivas en cinco estados de los nueve con elección de gobernador, demás de que es posible incremente sus asientos en la Cámara de Diputados.
En elecciones municipales se le presenta un escenario incierto y en municipios emblemáticos, adverso. En León la postulación del doctor José Ángel Córdova por la coalición de PRI, PVEM y Nueva Alianza dificulta que se concrete el amplio ánimo de alternancia que existe en el municipio. En Mérida, la postulación por Movimiento Ciudadano de Ana Rosa Payán, dos veces alcaldesa, mina la fuerza del PAN frente al candidato del PRI, Nerio Torres.
El desenlace medianamente exitoso de la elección será plataforma de lanzamiento para la candidatura presidencial de Gustavo Madero, destapado por el coordinador de los diputados, José Isabel Trejo, quien tuvo que recomponer su dicho para también incluir al gobernador de Puebla Rafael Moreno Valle y al diputado Ricardo Anaya. Antes, al calor de los resultados de la elección, habría de renovarse dirigencia con la posibilidad de que Anaya repita en la dirección nacional del partido, creando así un interesante y visionario equilibrio generacional y político, en el que coexistirían lo nuevo y lo viejo, lo mejor y lo peor.
En el mapa nacional del poder del PAN, Nuevo León ha ido perdiendo peso. Sus figuras más representativas se han marginado y algunas se han pasado a la acera de enfrente. El desprestigio por la corrupción e incompetencia que ha caracterizado a las tres pasadas administraciones municipales de la capital ha dañado la imagen del partido y su posición en el electorado, lo que explica sus dificultades actuales y vulnerabilidad, más allá del resultado sobre quién habrá de abanderarlo en la contienda de gobernador.