Pasado, presente y futuro respaldan a Chetumal como capital

Esta es la opinión de la periodista Fátima Vázquez ante el rumor infundado de que Chetumal dejará de ser la capital.

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Foto de contexto: Pixabay.
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Con un proceso electoral en ciernes, en Quintana Roo se libra una guerra sin control, pero de chismes, lo que conocemos como fake news, pues de nueva cuenta se corrió el infundado rumor de que en el próximo sexenio se buscará trasladar la capital del estado a la zona norte, específicamente, a Cancún.

Pero los que saben sólo leen la falsa noticia y sonríen, porque están plenamente consientes del peso histórico, cultural y, sobre todo político de Chetumal como capital de Quintana Roo.

La capital, con más de 120 años de historia, ha sido cuna de tres gobernadores de Quintana Roo, entre ellos, Mario Villanueva Madrid, quien es quizá el personaje que encumbró a Chetumal como poderío político estatal.

Sede de los poderes del estado, Chetumal también es la base de la mayoría de delegaciones federales y, su importancia como capital, lo evidencian los partidos políticos que tienen sus oficinas centrales en esta ciudad.

Como es el caso del Partido Revolucionario Institucional (PRI), con su conocida “Casa del Pueblo”, que se convirtió, en sus buenos tiempos, en el instituto político supremo de todo el estado y poseedor de una súper maquinaria de acción política reconocida incluso por otros países.

El grueso del electorado ha residido históricamente en el sur del estado, donde los niveles de participación ciudadana siempre han sido de los más elevados, en oposición a la zona norte, donde la mayoría de sus habitantes están dedicados a trabajar turnos extenuantes sin darles mucha oportunidad de involucrarse en la política.

Decir que la capital de Quintana Roo se trasladaría a Cancún, no sólo es inviable para los políticos, sino para el propio polo turístico, que tendría que soportar una nueva carga de residentes, con todo el aparato burocrático que representaría el cambio. 

En contra parte, sería prudente hacer a un lado esa falacia y mejor incentivar la unidad de los quintanarroenses, ante un proceso electoral trascendental, cuyos resultados afectarán a la entidad por los próximos seis años.

Es la oportunidad de pugnar, entre todos los sectores, todos los gremios y agrupaciones, por ungir a una candidata o candidato que sea la mejor opción para gobernar a todos por igual, y evitar todos aquellos rumores que sólo generan divisionismo, que es precisamente lo que menos necesitamos en estos momentos de suma importancia para el estado.

¿Lo entenderán así los actores políticos de Quintana Roo y sobre todo los chismosos?

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