El poder de Televisa Deportes

Televisa Deportes está sacando, desde hace varios días, unos spots tan bonitos como los del PRD o Nueva Alianza.

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Le tengo más miedo a los spots de Televisa Deportes que a los de los partidos políticos.

¿Por qué? Porque este departamento del consorcio de Emilio Azcárraga Jean lleva el termómetro emocional de la nación y ése es mil veces más delicado que el racional, que el político.

Por eso me llena de angustia lo que está haciendo Televisa Deportes. ¿Qué? Preparar a México para una depresión monumental.

Por si esto no fuera suficiente, esa depresión de la que le estoy hablando va a coincidir con las fechas de las elecciones intermedias, con las fechas en las que muchos estados van a elegir gobernador.

¿Se imagina usted cómo vamos a acabar después de tantos golpes? ¿Ya se puso a pensar en cómo vamos a llegar a agosto?

Pero vámonos por partes para que nos entendamos. ¿De veras es tan poderosa Televisa, la de los deportes?

¿Cómo es posible que me atreva a decir eso cuando los líderes de las narraciones futboleras son los comentaristas de Azteca?

Le guste a quien le guste o le moleste a quien le moleste, a lo mejor los narradores de Televisa Deportes no gozan de la máxima aceptación del público, sobre todo en las redes sociales.

Pero a la hora de las transmisiones, de los equipos, del poder de convocatoria, del dinero, de internet y de las repercusiones más allá de la televisión, los integrantes de Televisa Deportes son unos titanes.

Una palabra suya es capaz de llenar un estadio, de conseguir que la gente se congregue en espacios públicos como el Ángel de la Independencia, que las multitudes se vistan de un color o de que griten o no griten puto durante los partidos.

Obviamente, de aquí se puede llegar a conclusiones sociales muy fuertes.

Pero lo triste no es eso, sino que quienes podrían atender este poder se niegan a hacerlo, porque creen, en la cúspide de la ingenuidad o tal vez de la soberbia, que la fuerza de los medios está en los noticiarios cuando, ya ve, está aquí, en las canchas, en la pasión.

Bueno, ¿y qué es lo que está haciendo Televisa Deportes? ¿En qué me baso para decir que sus cabezas están cocinando una gran depresión?

Televisa Deportes está sacando, desde hace varios días, unos spots tan bonitos como los del PRD o Nueva Alianza.

Solo que en lugar de tener de protagonista a periodistas como Joaquín López-Dóriga o de entrar a nuestras casas con groserías, como a güevo, tienen de estrellas a gente como Javier Alarcón y entran a nuestros hogares con otro mensaje.

¿Cuál? El de la Copa América y el de la Copa de Oro que van a arrancar el 11 de junio y el 7 de julio, respectivamente.

¿Y? ¿Qué tiene eso de malo? ¿Qué tiene de depresivo?

Que todo el anuncio gira alrededor de la frase: vuelve a comenzar el drama de la selección.

Dicho en otras palabras, Televisa Deportes está asumiendo que lo que usted y yo vemos cuando le damos seguimientos a la selección nacional de futbol no es una cuestión de deportes, es una telenovela, un espectáculo que se sostiene en el sufrimiento.

¿Sí se da cuenta de lo que está pasando aquí? ¿Qué necesidad tenemos usted y yo de sufrir cuando sale a jugar el equipo que nos representa como nación?

¿Por qué no podemos gozar? ¿Por qué no podemos partir de la certeza de que nuestros futbolistas son buenos, de que tenemos todo para triunfar, de que estamos a la altura de los mejores, de que vamos a ganar?

¿Hasta cuándo vamos a seguir jugando a ser el pueblo que sufre? ¿Hasta cuándo vamos a tener una selección de futbol de verdad?

México tiene el talento. Nuestro empresarios tienen el capital. Algunos de ellos son los más ricos del planeta.

¿Cómo es posible entonces que todas estas ventajas no se unan para la creación del megaequipo que México se merece?

Pero lo peor de esto no es lo que le estoy diciendo sino la manera tan descarada, como la mayoría de nuestros medios, y en este caso específico Televisa Deportes, nos educan para sufrir.

Yo no quiero sufrir ni este verano ni nunca más con nuestros futbolistas. ¿Usted sí?

¿No se cansa? ¿No se cansa de sufrir? ¿No se le antoja, de repente, gozar?

Le recuerdo, la Copa América viene inmediatamente después de las elecciones del 7 de junio y la Copa de Oro, poco antes de las del 19 de julio.

¿De qué vamos a hablar en esas fechas? ¿Dónde va a estar nuestra atención? ¿Con quiénes van a estar nuestras esperanzas? ¿Con nuestros políticos o con nuestros futbolistas?

¿Quiénes sí nos van a dar resultados positivos? ¿Los rostros de la política o los del deporte? ¿Todos? ¿Ninguno?

Me queda claro que ni la Copa América ni la Copa de Oro tienen el tamaño de un Mundial de futbol, pero si usted observa con detenimiento el spot de Televisa Deportes encontrará que estos comentaristas nos están diciendo lo contrario.

Su frase es el 2015 viene igual, igual a Brasil 2014, igual en peso, igual en impacto.

Qué delicado, ¿verdad? ¿O usted qué opina?

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