'No hacemos negocios, cumplimos sueños'
Conscientes de la competencia, apuestan a la innovación y la empatía con el cliente para lograr que el sueño de un evento inolvidable se cumpla
Cecilia Ricárdez/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- El compromiso y la honestidad son los principales valores que los jóvenes emprendedores Daniel Javier Marín Ayuso, licenciado en Comunicación, y Roberto Carlos Evia Briceño, licenciado en Gastronomía con una certificación como somellier, aplicaron para comenzar su negocio de coordinación de eventos y banquetes.
Ambos comenzaron negocios de manera individual y posteriormente sumaron su especialidad para crear un concepto más fuerte y sólido al que bautizaron Full Cook.
De esta manera han crecido en poco tiempo y en un año y medio han pasado de servicios de 100 personas a festejos sociales y corporativos de más de mil personas con 750 empleados a su cargo.
Conscientes de la competencia, apuestan a la innovación y la empatía con el cliente para lograr que el sueño de un evento inolvidable se cumpla.
¿Cómo entran a la industria del servicio?
Roberto Carlos: Empezamos por caminos separados, aunque nos conocíamos de toda la vida porque éramos vecinos, yo por mi parte ya tenía un proyecto de servicio de banquetería con una socia porque estudié la licenciatura en Gastronomía, y Daniel se dedicaba a organizar y coordinar eventos.
Luego de disolver la sociedad, tenía presente a Daniel y decidimos asociarnos porque teníamos el mismo nivel de compromiso, la confianza y por eso logramos mejores resultados, así sumamos fuerzas, yo en la cocina y él en la organización.
Daniel: Hemos tenido la fortuna que nuestra mejor publicidad es de boca en boca, tanto de parte de Roberto como mío, porque ambos ya teníamos camino recorrido cada uno por su parte, entonces nos ubicaban. Como Full Cook nacimos en enero del 2015.
¿Cómo resolvieron el tema de la inversión para emprender?
Roberto Carlos: Comenzamos con dinero de cada parte, pero es un trabajo muy noble, porque con los anticipos resolvimos lo que se necesitaba, pero no teníamos ganancia porque no teníamos muchos insumos, hasta después que ya teníamos el material y la bodega se fue llenando.
Daniel: Gracias a la experiencia y buena relación que tuve en mis otros trabajos, tuvimos apoyo de quienes ahora son colegas, algunos nos prestaban cosas y otros nos rentaban, pero todos siempre disponibles y hasta ahora seguimos teniendo un buen trato mutuo, además reconocemos la ayuda de nuestras familias, quienes hasta cocinaban y nos apoyaban para dar las vueltas necesarias para los servicios.
¿Cuáles fueron los retos de emprender?
Roberto: El primer servicio que tuvimos se pospuso afortunadamente porque cuando lo cotizamos, debido a nuestra inexperiencia, lo cotizamos muy por debajo del precio justo y un año después que se concretó normalizamos los precios, era un servicio para más de 100 personas, luego dimos el salto y tuvimos a nuestro cargo 750 personas para un evento de mil 500 personas.
Daniel: Uno de los más difíciles y retadores fue un servicio para una firma muy prestigiada de carros en Cancún, esto el año pasado. En cuatro días armamos todo, coordinamos un banquete para un torneo de golf, con material propio y rentamos, pero fue una locura: proveedores que nos quedaron mal, resolvimos todo casi como si organizáramos una boda en cuatro días, fue muy lujoso y quedó bien. Gracias a la confianza ya tenemos eventos hasta el próximo año con una graduación de mil 200 personas.
¿Cuál es la ventaja competitiva de su trabajo, respecto a lo que hay en la oferta acutal?
Roberto: Es la calidad en el servicio, lo hacemos personalizado, con un trato amable, respetamos las propuestas del cliente, los escuchamos, no imponemos nuestras ideas, buscamos que queden felices con todo. Además siempre estamos innovando en lo que ofrecemos.
Daniel: Respetamos sobre todo que el servicio no es un negocio, sino un evento importante para las personas, algo que es un sueño una experiencia esperada de la gente y nosotros ayudamos a que salga como ellos lo pensaron. Hay personas que ahorran por años para pagar ese sueño.
¿Cómo se asesoran?
Roberto: De la experiencia, los errores, los consejos, leemos mucho y aplicamos lo que aprendimos de la universidad, especialmente para innovar en los platos. En la parte legal tenemos conocidos abogados que nos ayudaron en el marco legal para tener contrato desde el primer servicio y hemos estado mejorando los acuerdos, con cláusulas claras para que las dos partes queden satisfechas. Siempre hay que ser derechos.
¿Cuáles son los siguientes pasos?
Daniel: Tenemos eventos todo el año hasta el próximo, queremos seguir trabajando dando lo mejor desde un evento de 50 personas hasta más de mil. En cinco años nos vemos con una cocina estable, locales con vitrales y un montaje que se aprecie.
Ahora somos todólogos, desde cargadores hasta limpiar, pero queremos tener más personal para que nos apoyen en esas áreas y formar una familia de trabajo.
¿Cuáles son las lecciones más importantes que han aprendido?
Daniel: Trabajar mucho con la puntualidad, porque a pesar de que cumplimos en tiempo y forma, aprendimos que hay que tener una hora más de margen para no estar a la carrera y estresados, porque es un trabajo con tantos detalles que afinar que es preferible tener tiempo.
Aprendimos que hay proveedores que no cumplen y con esto, ya pudimos diferenciar cuáles son los mejores para nuestro trabajo.
¿Qué consejo pueden compartir con sus pares emprendedores?
Roberto: Saber qué es lo que quieres, para que el camino sea menos difícil y estar consciente que no tendrás de pronto mil empleados, y esperar a que todo se mueva, sino pararte temprano, dormirte más tarde que todos, cansarte más que todos porque al fin de cuentas es tu negocio. Tener compromiso y una visión clara.
Daniel: Informarte y ser honesto contigo, con lo que quieres para ti y tus clientes.