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Continúo comentando las investigaciones científicas más relevantes de las cuales he sido testigo alrededor de la imagen del Tepeyac.

Ya hemos hablado de las estrellas que tienen correlación con las del firmamento y las flores, que tienen relación con cerros y volcanes del Anáhuac. Entre las flores se encuentra una de cuatro pétalos, el Nahui ollin, que, como vimos, tiene correlación perfecta con el Cerro de la Estrella de Iztapalapa, donde actualmente se escenifica la Pasión de Cristo.

Ahí existen ruinas de un templo mexica construido para celebrar el Panquetzalitzli, una fiesta anual que se practicó en los solsticios de invierno, cerca del 12 de diciembre. En esta importante celebración religiosa realizaban un sacrificio humano para ayudar a su dios sol Huitzlopochtli a vencer el mal, la luna, que con su oscuridad quería devorárselo.

El sol era el autor de la vida para los mexicas, su guía, el que los sacó de Aztlán, según las leyendas, para llevarlos al lago de Texcoco, donde encontraron un águila sobre un nopal devorando una serpiente.

El no realizar el Panquetzlalitzli haría que el mundo se acabara y justo eso sucedería, según la leyenda, en el año trece caña, o sea, 1531.

Resulta que, tras la llegada de los españoles a Nueva España, los sacrificios humanos desaparecieron junto con el Panquetzalitzli, lo cual preocupó a los mexicas, pues sin ella el sol no tomaría fuerza, no podría salir. Pero pese a no realizarlo, el mundo no se terminó, la vida siguió, pero bajo una tortura y esclavitud llenas de dolor, ocasionadas por los crueles conquistadores.

Llegó entonces el 13 caña, 1531, si no realizaban el Panquetlaliztli todo terminaría. ¿Y qué ocurrió? No se hizo, pero ese solsticio de invierno, doce de diciembre, según se cuenta, apareció, en un cerro cercano, el Tepeyac, la Virgen María a un indio mexica al cual le dijo que no temiera, que era su madre y le traía al único Dios por quien se vive, que no era necesario seguir haciendo sacrificios, pues Él ya se había sacrificado por nosotros. La flor de Nahui ollin cae en el Cerro de la Estrella y también en el abdomen de la virgen, que supuestamente está embarazada. ¿Coincidencia? Ya veremos...

Con la información anterior, regresemos al Apocalipsis, donde se hace mención de una luna a los pies de la Mujer. Miremos a la Virgen de Guadalupe, eso que parecen cuernos es una luna de color negro, pues está en la oscuridad de un eclipse con los rayos del sol detrás de ella.

Los teólogos pensaban que era por el nombre de nuestro país “México”, que proviene del náhuatl y significa “en el ombligo de la luna”, por tanto, María estaría parada a la mitad de la luna, en medio de México; pero pienso que el significado es otro: está sobre la luna negra, pisando lo que para los mexicas era el mal mientras que el sol se encuentra a sus espaldas, es decir, la Virgen está por delante de lo que para los indígenas era su dios principal (Continuará).

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