|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Estoy seguro de que en la vida no existe camino fácil, y lo digo mientras miro la incertidumbre del futuro, lo tanto que me queda por estudiar y aprender y lo mucho que ya he aprendido. Observo la vida y me doy cuenta de la cantidad de bondades que me ha regalado, empezando siempre por los bienes humanos que sin duda son lo más valioso que tengo: a mi familia, a mi novia y a mis amigos; todos ellos aportan a mis actitudes diarias, son dueños de mis emociones más profundas y se convierten en una excelente razón para a diario sonreír.

La vida sin duda es como un terreno montañoso: lugares altos, montañas enormes que son cansadas y difíciles de escalar y bajadas que son tan profundas que puedes caer rodando y con gran rapidez si no sabes fijar bien los pies al piso para mantenerte en la cima. Pero vaya que es tan fácil ir de bajada que la mayoría de las personas nos encontramos en el llano observando la montaña y muchas veces con envidia haciendo uso de nuestros binoculares para mirar a quienes ya ascendieron.

Sin embargo, como noticia importante, lo bueno de estar abajo es que solo nos queda ir hacia arriba, pero ya estando en el lugar que queríamos estar, incluso si estamos escalando lento o rápido, es imperante detenernos y voltear hacia los cinco rumbos del universo, los cuales explico a continuación.

Hacia adelante, para mantenernos fijos en un objetivo, saber con claridad hacia dónde vamos, pues muchas veces escalamos como cabras o borregos queriendo alcanzar a alguien que nos guía, pero ya que estamos en la cima, nos damos cuenta de que vivimos sueños ajenos y desperdiciamos energías que pudieron servir para llegar a donde en verdad deseábamos.

Como segundo paso, debemos mirar hacia atrás, pues para nada es malo voltear al retrovisor y ver de dónde venimos, ver nuestros errores y aciertos, aprender del pasado que nos ha hecho quienes somos e, incluso, mirar con humildad a quienes nos siguen.

En tercer lugar hay que mirar hacia los costados, para fijarnos bien quién va a nuestro lado, quién nos acompaña en el camino, diferenciar quién nos toma de la mano, quién nos empuja y, claro, mirar quién nos jala o quién se cuelga.

Es importante conocer quién va en la subida, en la caída, en la cima y en el llano. También resulta esencial, al detenernos, mirar hacia abajo para fijarnos de no pisar a alguien, evitar hacer daño o lastimar, no subir la montaña a cuestas de otro.

Por último, pero no menos importante, y reuniendo toda esta magia de la vida, nos queda mirar hacia arriba, para con ello tener siempre presente a ese Alguien que nos cuida y nos protege durante todo el camino.

Y ahora sí, después de haber mirado por todos los rumbos, podemos continuar.

Lo más leído

skeleton





skeleton