Siembra vientos
El poder de la pluma.
Hemos vivido varios sexenios y no recordamos a un presidente que haya enfrentado la serie de protestas e inconformidades que desde hace varios meses le ha estallado a Andrés Manuel López Obrador, quien esta semana vivió una de las peores giras en Puebla, donde, como es su costumbre, adjudicó a su batalla contra la corrupción el surgimiento del Frente Anti-AMLO en varios estados, y los reclamos de atender los problemas de empleo, salud y seguridad que demandan “primero los pobres” y hasta sus correligionarios.
López Obrador es incapaz de tener la mínima sensibilidad ante esas justas demandas, al contrario, se engalla y arremete contra los inconformes, a quienes llama enemigos, para rematar con la bravuconada “háganle como quieran”. El llamado que le hacen es precisamente a no polarizar, no dividir, pero es tomado en sentido contrario: azuza a sus huestes para confrontar a sus críticos, aunque su lucha anticorrupción no será creíble mientras mantenga a los directores de la CFE y de Pemex, y a las secretarias del Trabajo y de Energía, a quienes justifica y defiende.
El presidente está enojado. Todos los días pelea con los molinos de viento que son sus adversarios: empresarios, políticos, la prensa, la gente que reclama el que hasta ahora no haya cumplido sus promesas de tantos años en campaña: mejorar la economía (que iba en picada antes de la pandemia de coronavirus), crear empleos (se han perdido millones en los últimos meses), acabar con la inseguridad (la delincuencia no da tregua y se percibe cierta tolerancia a grupos delincuenciales).
Su egocentrismo le impide evitar la excesiva exposición que se inicia en sus conferencias matutinas donde imparte catecismo y códigos de ética, y sigue en sus giras, a veces innecesarias, que hace sin ninguna medida de prevención ante la pandemia que vivimos.
Hace días AMLO dijo que “apenas” se enteró de la existencia del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), tras reprobar la invitación de un youtuber (a quien calificó de torturador) a un foro sobre discriminación y racismo.
Mónica Macisse Duayhe, titular de la dependencia, nombrada precisamente por el presidente en 2019, canceló el foro ante el clima de encono que generó el mandatario. Este gobierno no es lo que esperaban quienes lo llevaron a la Presidencia, ahora desencantados y vueltos sus “enemigos”.
La expectativa de un cambio radical positivo, como prometió para transformar al país, ha sido todo lo contrario: ha desmantelado instituciones y recortado presupuestos; la pobreza no ha sido erradicada ni con sus programas clientelares; las becas a “ninis” avivan el vandalismo con impunidad; los abusos policiales en Ciudad de México, Jalisco y Oaxaca, y el secuestro de un alto mando del Ejército son el germen de ese malestar que se expande como la humedad; por si fuera poco, México ha dejado ser un país de interés para los inversionistas.
Las protestas, que van incrementando, son las tempestades que a menos de dos años de gobierno está cosechando el político tabasqueño.
Anexo “1”
Delincuencia alcanzó a militares
Tras 72 horas de haber sido secuestrado y ante una movilización de elementos de seguridad federales y estatales, el pasado lunes fue liberado el general brigadierJosé Guillermo Lira, plagiado la tarde del sábado 13 de junio en Tepexco, Puebla, tras salir del Heroico Colegio Militar con dirección a Izúcar de Matamoros.Fue interceptado al conducir un automóvil Audi A3, color blanco.Después de cuatrro horas se comunicaron con la esposa, a quien el general vería en Izúcar de Matamoros, para pedirle cinco millones de pesos de rescate. Al final no se supo si hubo algún pago. Con su “tacto” (ironizo) natural, AMLO dijo: “No secuestran a un pobre, secuestran al que tiene”.
Lo cierto es que los delincuentes no tienen respeto por nada ni por nadie (la semana pasada asesinaron a un juez y su esposa en Colima, delante de sus hijas) y por unos cuantos pesos o por nada, arrebatan vidas y siembran temor. Según la ONG “Alto al Secuestro”, las víctimas de plagio aumentaron 4.5%: en abril se contabilizaron 111 y en mayo 116. Los estados con mayor incidencia en este delito en mayo son Estado de México, Veracruz, Michoacán y Morelos. Así estamos.