Necesitamos más verde, más por Yucatán
Actualidades de Mujer
Hola amigos lectores, en esta ocasión quiero hablarles del cuidado que debemos tener con nuestra piel y la de nuestros seres queridos para evitar golpes de calor por insolación o deshidratación.
Este año me llama la atención, más de lo normal, las elevadas temperaturas que se han registrado en nuestro territorio y en otras partes del país, ya que son verdaderamente alarmantes, debido al cambio climático y a las condiciones desfavorables para nuestro medio ambiente.
Necesitamos, como ciudadanos, contar con las herramientas necesarias y los recursos indispensables para mantenernos hidratados en áreas públicas, sobre todo, áreas de espera para el transporte público, por ejemplo, donde sería de gran ayuda por parte de las empresas socialmente responsables, en coordinación con nuestras autoridades, el apoyo para la adecuada hidratación (por lo menos mayo y junio) y, así como también con los cuidados de higiene para preparar y desinfectar adecuadamente nuestros alimentos.
Las elevadas temperaturas pueden causar muchos problemas de salud en nuestros adultos y niños, especialmente cuando están expuestos al sol, hay que cubrir su cabecita con un gorro, ya que así se minimiza el riesgo de insolación.
¿Qué es una insolación? Para los que tienen dudas, les comparto:
La insolación se produce por una exposición solar directa, fundamentalmente sobre la cabeza, que causa vasodilatación o aumento del tamaño de los vasos sanguíneos. Al restringir el volumen sanguíneo, se produce decaimiento, dolor de cabeza o vómitos y, finalmente y en casos graves, síncope o pérdida de conocimiento, uno de los principales rasgos distintivos de la insolación.
Salvo que existan complicaciones como quemaduras en la piel producidas por haber estado mucho tiempo bajo el sol sin la protección adecuada, las secuelas de una insolación no son tan severas como las que produce el golpe de calor. Cuando se retira al niño de la intensa acción del sol y se le refresca, recupera su estado normal.
Y finalmente debemos saber cómo actuar ante una insolación:
Para reanimar a la persona o al niño lo primero es retirarlo del sol y buscar una zona de sombra o un lugar más fresco, colocarlo boca arriba y bajar la temperatura corporal con paños de agua tibia, y si no ha perdido el conocimiento, ofrecerle agua o bebidas frescas en pequeños sorbos. Si pasan 10 o 15 minuto y permanece decaído, confuso o delirando, y su temperatura corporal sigue siendo elevada, es posible que se trate de un golpe de calor. En esta circunstancia, hay que buscar ayuda hospitalaria urgente para evitar complicaciones.
Realmente todos estamos en condiciones de poner nuestro granito de arena para apoyar las acciones a favor de nuestro planeta y lograr que a corto o mediano plazo la sensación términa en nuestro Estado baje; la siembra de árboles es indispensable para poblar de verde nuestro Estado, ¡apoyemos!
*Doctorante en Derecho Anáhuac Mayab