Agobiado estoy... malhumorado soy
El sentirnos agobiados por situaciones adversas nos resta paciencia y nos pone de mal humor. En ocasiones los agobios son por circunstancias ajenas a nosotros y esa es una de las cuestiones que tendríamos que analizar en primera instancia. No podré controlar algunas de las condiciones que me rodean, pero sí puedo controlarme a mí mismo. El agobio genera no pensar con claridad, e incluso, empezamos a generar energía negativa y una actitud que no nos ayuda a mejorar nuestra situación, sino la dificulta aún más. Agobiarnos nos estresa y en ocasiones nos deprime. Por eso hoy te propongo 5 acciones para lograr superar el agobio y que puedas pensar con mayor lucidez:
1.- Enlista.- Realiza una lista de todas las cosas que te agobian y luego ordénalas de mayor a menor agobio. Así tendrás un panorama claro por dónde empezar a resolver tus situaciones dada la importancia de cada una de ellas. El papel nos ayuda a abrir nuestra mente y aportar ideas.
2.- Analiza.- Continúa analizando cada uno de los agobios para poder dividir cuáles dependen de tus resoluciones directas y cuáles no. Elimina los que no dependen de ti y prioriza la resolución de los que tienes que remediar de manera inmediata. Se objetivo.
3.- Cierra círculos.- Conforme la vida va pasando, vamos abriendo círculos de eventos que quedan pendientes por resolver, personales o profesionales. Cierra inmediatamente la mayor cantidad de eventos posibles para finiquitar los asuntos que sólo suman a tu agobio.
4.- Deja pasar.- Las situaciones agobiantes que no dependan de una reacción tuya déjalas que fluyan y suéltalas. Recuerda que si no puedes influir en la decisión de un suceso, sólo lograrás frustrarte si quedas en espera de que se solucione. No puedes hacer nada y acéptalo.
5.- Toma decisiones.- No te preocupes si las decisiones son malas, sólo ocúpate de tomarlas. Mientras más tardes en decidirte, más tiempo permanecerás con la tensión del asunto y los pendientes asfixian. Resuelve pronto y espera las reacciones de tu decisión. Resígnate.
Respira profundo y no te desesperes, queda en ti el resolver y el controlar tu situación. Las cosas fluirán como tengan que hacerlo y algunos procesos los podrás acelerar y otros no. Lo primordial aquí es poner punto final a tu agobio.