Al que orgullo mata... a orgullo muere
El Poder de la Pluma.
El miedo es el principal factor para no cumplir nuestros sueños, eso es sin lugar a dudas. Pero si hay algo, sin temor a equivocarme, que no nos permite ser felices, o realizar las cosas que nos gustaría o quisiéramos hacer, es el maldito orgullo. Ese defecto que a veces nos gana y no podemos controlar nos hace dejar pasar las oportunidades enfrente de nuestra cara, y esto se vuelve más triste aún cuando no logramos hacer las paces con alguna persona que fallece y nos deja con ese sentido de culpa. Porque, a pesar de lo que se diga, el orgullo, al igual que el miedo, es algo que nosotros decidimos si luchar con él o contra él, pero es nuestra decisión. Lo peor del asunto es que en ocasiones no nos damos cuenta de esto sino hasta que ya es demasiado tarde.
Aquí te comparto cinco cosas que perdemos por permitir que el orgullo nos gane:
1.- Conocimiento.- El orgullo no nos permite hacer preguntas cuando tenemos dudas y eso impide, por ende, que crezcamos en conocimiento y hace que nos quedemos estancados con lo mismo. Y no hablo de preguntar por chisme, sino por cuestiones que no entendamos, como nos pasaba cuando estábamos en clase, pues no vayan a pensar que somos tontos.
2.- Convivencia.- Cuando extrañas a una persona y no le hablas, cuando quieres salir con alguien pero ese orgullo no te lo permite porque así lo dictan las “reglas” del enamoramiento o simplemente porque “no vaya a pensar que me gusta” cuando sabes perfectamente que te encanta. Una verdadera tontería permitir que suceda esto. Incluye a nuestra familia y amigos.
3.- Realización.- Cuando algo te gusta tanto, pero no lo suficiente como para que te permita hacerlo o averiguar sobre el tema y puedas hacerlo es simplemente un obstáculo que nos impide estar realizados, aunque estemos haciendo o trabajando en lo que nos gusta, o practicando el deporte que nos apasiona o tocando el instrumento soñado.
4.- Amor.- El querer llamar o invitar a alguien para conocerlo, y no permitirnos ese momento mágico por el qué dirán o por la pena o el nombre que le quieras poner. Puedes dejar pasar al amor de tu vida ante la cara sólo porque el orgullo fue más grande que tus ganas de ser feliz. Así de sencillo, ¿Qué pierdes? ¡NADA!
5.- Personas.- Se nos pueden ir personas al cielo, y por ese orgullo que pudieras justificar como una falta de tiempo, no te permites estar con tus amigos, con tu familia, con tu gente. Los momentos son único e irrepetibles y, en ocasiones, las oportunidades también.