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Dice el senador Ramírez Marín que la reducción de casi mil millones de pesos al presupuesto del Senado, producto de la famosa política de austeridad republicana del nuevo gobierno, impactará negativamente en el Poder Legislativo, pues se debilitará al equipo de asesores de los legisladores, teniendo como consecuencia que “el único que tenga voz” sea el Ejecutivo Federal. Quien suscribe entiende que un legislador deba tener un asesor para cuestiones de técnica jurídica, pues no todos son abogados ni saben cómo debe redactarse una iniciativa de ley o qué implicaciones tienen las mismas. Pero, en todo caso, habría que preguntarnos por qué el Legislativo tiene que asignar un presupuesto a asesores, si los electores votamos por uno solo para el Congreso. ¿No se supone que elegimos representantes por su capacidad? Ojalá los partidos estudien si no es más austero postular a los asesores que a los políticos de siempre. Quizá hasta cobren menos.

Y en temas de austeridad la Cámara Baja no se queda atrás, toda vez que los diputados proponen bajar en treinta pesos diarios los salarios del personal de limpieza. Queriendo ajustarse el cinturón, los diputados prefieren recortar el sueldo de los trabajadores que ganan menos, sin bajar ni un peso del sueldo propio, ya que su dieta anual propuesta para 2019 es exactamente igual que la de 2018. Se acabó el seguro de gastos médicos y de vida, pero reducir el salario de un legislador sería, parece, quitarles el pan de la boca.

En otro orden de ideas, el ahorro de la Federación golpeó duro a la educación y a la ciencia: aunque el presupuesto de la SEP aumentará, los recursos destinados a la UNAM, al IPN, a la UAM y a instituciones de investigación como Cinvestav y Conacyt serán en términos reales iguales a los asignados en 2018. Lo anterior envía el lamentable y claro mensaje de que la investigación científica y la calidad no serán prioridad para el Ejecutivo, al menos por el año que viene, buscando en su lugar la cantidad. Mientras aquí se asignan más recursos a las fuerzas armadas y se le quitan a la ciencia nacional, en los países desarrollados la educación y la investigación son prioridad, siendo los pilares del Estado de Bienestar y el desarrollo más equitativo de las sociedades.

Parece, después de todo, que la austeridad republicana está ahorrándose dinero en donde no debería y manteniendo el recurso en donde tendría que recortarse.

Extra: se llevó a cabo el ritual para pedir permiso a la Madre Tierra, a fin de iniciar la construcción del Tren Maya. Sería mejor que el presidente ordenara la inmediata consulta que la ley obliga a realizar cuando se pretenden desarrollar megaproyectos. Primero que les pregunten a los mayas, luego a la Tierra. No vaya a ser de malas que a los particulares les baste con un ritual y no necesiten ya consultar a los pueblos ni estudios ambientales para otras obras.

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