Anillamiento de flamencos del Caribe, todo un espectáculo rosa

El evento se realiza una vez al año, y aunque solo tarda unas cuatro horas, los preparativos inician con un par de semanas de anticipación

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Desde un día antes, llegan los participantes para recibir una capacitación a cargo del personal de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas. (Fotos de Adán Kent/Novedades Yucatán)
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Nalleli Calderón/Mérida
Son las 5:00 horas en la Reserva de la Biosfera Ría Lagartos. Luego de caminar unos 500 metros entre la ciénaga, más de un centenar de personas, entre especialistas y veterinarios de diversas organizaciones civiles e instituciones de orden federal, se disponen a presenciar un espectáculo único del Caribe mexicano: el anillamiento de flamencos del Caribe (Phoenicopterusruber).

Aunque se trata de una labor de solo tres o cuatro horas, los preparativos y logística del evento que se realiza una vez al año inicia con un par de semanas de antelación, luego de la eclosión de miles de crías del ave insignia de la costa yucateca: el flamenco.

Desde un día antes, llegan los participantes para recibir una capacitación a cargo del personal de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), en la que se le explica el trabajo que realizarán por equipos.

La cita es a las 4:00 horas del día siguiente para salir con rumbo a la reserva. Ya en ese sitio, en silencio, inicia el trayecto para atravesar la ciénaga, uno detrás del otro, en fila india, bajo la tenue luz de la luna y el cielo estrellado. Mientras se camina con sigilo, a lo lejos se pueden oír los graznidos todavía débiles de las aves.

Al llegar a una plataforma de arena inicia el trabajo, cada quien a sus puestos, como se indicó; los graznidos se incrementan al comenzar el arreo de las crías, que son manipuladas por un grupo de 10 especialistas.

Luego de media hora de espera, se percibe el movimiento de la parvada, el sonido del agua y los graznidos incrementan, al estar las aves cada vez más cerca de un embudo humano que los guiará hacia los corrales en los que serán dispuestos; decenas de flamencos de color gris y uno que otro adulto de color rosado, son encerrados sin mayor contratiempo.

Posteriormente, inicia la segunda parte, quizá la más importante, se instalan las mesas de disposición donde los ejemplares, uno por uno y con la ayuda de un voluntario, será medido, pesado y anillado.

Si la cría pesa más de un kilo 200 gramos, se elegirá de manera aleatoria aquellos que pasarán a realizarse una muestra de sangre y alineamiento para su identificación y liberación.

La indicación es ubicarse a la orilla de la ciénaga, arrodillarse casi a la altura del ave, soltarle las patas que por la manipulación tienen un poco entumidas, una vez que el ejemplar se sostuvo con fuerza, se le soltarán las alas y descubrirán los ojos para dejarla caminar sobre el fango e incorporarse lentamente a su hábitat para regresar con su parvada.

No todos los animales tienen la misma suerte, algunos son llevados al área de recuperación, debido a que presentan alguna fractura, excesivo estrés o están débiles. El porcentaje es mínimo, aunque luego el equipo de veterinarios valora si podrá ser liberado en los próximos días o será “dormido” para evitar el sufrimiento.

Con monitoreo satelital cuidan a los flamencos

Desde hace años, la población de flamencos del Caribe es monitoreada de manera permanente durante su ciclo de vida y reproducción en la costa yucateca, principalmente en la zona denominada la Angostura de la Reserva de la Biosfera de Ría Lagartos, sitio que eligen para formar una gigantesca colonia de hasta 35 mil individuos.

Cada año, un grupo de veterinarios, especialistas de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), por medio del personal de las Reservas de la Biosfera Ría Lagartos, Los Petenes, Ría Celestún, el Área de Protección de Flora y Fauna Yum Balam y la Fundación Pedro y Elena Hernández, suman esfuerzos para realizar estudios y acciones de protección de la especie.

A la fecha, como parte de las estrategias desarrolladas para la conservación del flamenco, se han colocado 19 localizadores satelitales, que monitorean los movimientos y patrones de individuos adultos las 24 horas de los siete días de la semana.

Asimismo, la Conanp cuenta con una avioneta y drones para la recolección de información que ayude a identificarlos y conocer con mayor detalle su ciclo de vida.

Al respecto, el coordinador regional de la Conanp, Cristopher González Baca, informó que este año se monitoreó la presencia de cerca de 35 mil individuos adultos y 15 mil 771 nidos, solo en la zona de la Angostura.

Con base en información proporcionada, en los tres estados de la Península se registró la presencia de alrededor de 40 mil ejemplares adultos.

“Con los anillos que ponemos sabemos ahora cuál es la supervivencia, dónde se ubican, cuándo regresan, a dónde voló y cuánto tiempo tardó”, precisó.

Por su parte, el director de la Fundación Pedro y Elena Hernández, Alberto Labastida, explicó que el anillamiento es la última parte del proceso de monitoreo que realizan desde enero.

Recalcó que no es posible cuidar a los flamencos, pero sí su hábitat para continuar con la supervivencia de la especie.

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