26 años de la tragedia marítima que marcó a Progreso: el "Águila Dorada"
Aniversario del hundimiento de la embarcación “Águila Dorada" en puerto Progreso.
Este martes se cumplieron 26 años del hundimiento de la embarcación “Águila Dorada", la tragedia marítima más importante en las costas de Progreso, y que dejó en aquel lejano 1995 un total de 23 muertos y 52 personas lesionadas.
Dicha embarcación volcó y se hundió en medio de los festejos del “Día de la Marina” en el año mencionado, hecho que enlutó al puerto y que fue la triste noticia durante esos festejos.
¿Qué pasó en el hundimiento del "Águila Dorada"?
El fatídico día, según relatan pobladores del puerto, quienes fueron testigos de la desesperante escena, comenzó de manera normal en medio de los festejos del “Día de la Marina” y como cada año en aquel entonces, tras las ceremonias llevadas a cabo en tierra, se procedió al tradicional paseo en altamar, donde participaban tanto embarcaciones navales como pesqueras.
Los festejos transcurrieron de manera natural durante la mayor parte del día, y no fue sino hasta poco antes de las 5 de la tarde aproximadamente, en que la tragedia ocurrió.
Según los registros, el primer llamado de auxilio fue emitido por la central de radio del Centro Cultural Pesquero de Progreso, en donde se reportaba la situación y se pedía el auxilio ante la tragedia, por múltiples muertos y heridos.
Ello generó una amplia movilización de unidades de emergencia y policiacas, que interrumpieron los festejos en mar y tierra, uniéndose a las labores de rescate diversos barcos y lanchas del sector pesquero, quienes de inmediato zarparon rumbo al lugar para ayudar.
El milagro del rescate
En medio de los rescates, el barco fue remolcado por las autoridades portuarias, hasta que se pudo detectar que por el contrario de los análisis iniciales, aún había personas con vida al interior del lugar, lográndose el rescate solamente de la pequeña Leydi del Socorro Estrella Castillo, atrapada en una cámara de aire, en el cuarto de máquinas.
Tras unos minutos, los primeros heridos y muertos comenzaron a llegar a tierra, en donde las clínicas y hospitales del puerto apenas lograron darse abasto, y según relatan pescadores y vecinos del puerto, como José Dolores Campos Escalante, el local de la CTM se convirtió ese día en el sitio para albergar los cadáveres de casi dos docenas de personas, siendo éstas vecinos de este puerto, o de comunidades cercanas, hombres, mujeres y niños, que ante la falta de espacio en cualquier otro lugar fueron puestos sobre mesas, en un ambiente lúgubre y de mucho dolor.
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