Joel González/Mérida
El almacenamiento de baterías agotadas y la falta de conocimiento de muchos yucatecos sobre los riesgos que sus componentes representan para el medio ambiente, así como la manera en que se deben manejar para ser desechadas, ha creado puntos de contaminación en los hogares y lugares de trabajo, informó la Unidad Sustentable del Ayuntamiento de Mérida.

“En los hogares es común que se deseche gran número de baterías, las cuales generalmente son colocadas en cajas de cartón y recipientes de plástico donde permanecerán por algún tiempo; una vez que están llenos estos contenedores, son llevados a los centros de acopio, este manejo es totalmente incorrecto”, señaló Enrique Chacón Vela, coordinador del departamento de Educación Ambiental del Municipio de Mérida.

Indicó que es enorme el impacto ambiental de los materiales con los que están hechas las baterías, al grado que solo una de ellas de menos de un centímetro de diámetro puede contaminar toda el agua de una alberca olímpica. Las pilas contienen mercurio y muchos niños actualmente las usan en sus juegos electrónicos y desechan un promedio de dos por semana.

El funcionario explicó que las medidas adecuadas que todo usuario de estas fuentes de energía debe conocer constan de tres puntos básicos:

• Primero considerar la opción de utilizar baterías recargables para disminuir la cantidad de desechos tóxicos.
• Segundo, una vez que la pila se agotó, colocarle cinta aislante en los polos para evitar que rocen y generen residuos peligrosos.
• Tercero evitar el almacenamiento de este tipo de productos y depositarlos inmediatamente después de agotarse en algunos de los módulos de colecta dispuestos para estos materiales.

Asimismo, Chacón Vela informó que es necesario que la ciudanía se informe, investigue, se sensibilice, tome conciencia y colabore en las diversas campañas ecológicas.

El departamento de Educación Ambiental es uno de los más activos, se encarga de ofrecer talleres y pláticas sobre residuos, cultura de agua y fauna doméstica, así como temas que les solicitan como cambio climático y calentamiento global.

Entre sus actividades realizan visitas guiadas a grupos y escuelas a la hacienda Dzoyaxché, donde enseñan a cultivar plantas regionales con el fin de reforestar áreas diversas en el municipio de Mérida, mejorando así las condiciones ambientales y a la vez fomentando el conocimiento de la flora endémica.