Emerger la voz: opinión juvenil
Columna de Patricia Carrillo: Emerger la voz: opinión juvenil
El periodismo está en transformación. En días pasados concluí la optativa de Redacción Periodística con una consigna para mis estudiantes de bachillerato: crear un texto de opinión. Los resultados fueron interesantes; en su artículo, Elizabeth Puch habló del fenómeno BTS encausado al concepto Paved the way, allanar el camino, contextualizando el uso de su música para tratar temáticas sociales y el impacto que esta banda surcoreana ha tenido al grado de influir en la economía de su complejo país: generan turismo.
Asimismo, Dafne Herrera en “Amistades verdaderas. ¿Eso existe?”, lanza un dardo expectante: ¿cuestionará este sentir universal? Pero es tajante: “un día de la nada haces clic, ¿en qué momento?, ¿a qué edad?, ¿cuántos años tienes que esperar?
No se sabe, sólo llega como un meteorito (…). Es un vínculo que crece día a día y el interés es recíproco a lo largo del tiempo. Se siente tan bien, un lugar seguro”, ratificando el valor de esta invaluable noción. Con un estilo interesante Ailed Narváez habla en “Amistad cual tormenta de huracán” de otra arista: ¿y si hay conflictos?
Señala: “Llega la primera fisura en el cristal, un silencio insoportable que se resume en un cruel y horrible verano de tristeza. Aunque las cosas mejoran y hay una calma cual ojo de un huracán, esa fisura sigue ahí, y en el momento menos esperado vuelve a hacerse presente, como un ladrón en la noche, dejando un vacío en la casa que llamamos corazón. (…) Me quedaría para siempre si dices que no me vaya, pero ¿lo harás?”.
Su prosa firme, sin embargo, no se queda en el pesimismo: es un llamado al diálogo perpetuo. Y con una escritura desde el alma surge “La aceptación de la muerte no aceptada”, de Analaura Maldonado, quien parte de “El corazón y la botella” (Oliver Jeffers), para encausarnos a una vívida reflexión: “esta historia es muy conmovedora porque te enseña el lado doloroso y lo que una persona realiza para mantenerse a salvo, por eso hoy con el corazón en la mano digo: yo soy esa niña, la niña que tuvo que meter su corazón en una botella para que nadie la lastimara. A raíz de que pasa el tiempo no puedes asimilar lo que pasó cuando esperabas que papá llegara a casa, que saliera de ese hospital para poder darle un abrazo y decirle lo mucho que lo amas. (…) En ese instante tu vida se derrumba y te preguntas: ¿dónde está papá?, ¿cuándo va a volver papá? Y la pregunta más dolorosa donde culpas a muchas personas: ¿por qué mi papá? Muchas veces nos cuesta aceptar la realidad por el gran vacío que deja su ausencia”.
La voz narrativa se mantiene constante entre la duda y el descubrimiento, terminando su columna con una locución introspectiva: “por eso les digo, esa aceptación algún día la tendré”. El periodismo de opinión no debe perder su esencia y debe hacerse también desde las voces genuinas, por ejemplo: jóvenes que sí leen, sí aman y sí tienen mucho por expresar.