La lucha de clases: chairos vs fifis

José Luis Ripoll Gómez: La lucha de clases: chairos vs fifis

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Tema toral para la filosofía del derecho es el relacionado con la justicia. Esta existe más allá de un acto justo o sólo ocurre en función de que se le relacione con un hecho justo que le proporcione forma. La justicia como valor universal o la justicia casuística vinculada a un acto material en particular. La justicia como idea o en función de un hecho justo. En México, como en la mayoría de los países del orbe, la justicia tiene sus asegunes.

“Es fácil ser bueno lo difícil es ser justo”, dice el escritor francés Víctor Hugo. También se dimensiona a la justicia institucional, en función de un mecanismo, sea proveniente de una sentencia del poder judicial o de alguna resolución amigable de los mecanismos alternos de solución de controversias. Lo cierto es que la justicia tiene que ser rápida y expedita o deja ser justicia, como sostiene el escritor inglés Savage Landor: “Demorar la justicia es injusticia”. En Yucatán, como en muchas partes del país, la justicia suele demorarse. 

Un juez en retiro nos comentaba que cuando emitía una sentencia, la parte que ganaba lo consideraba hombre justo y apegado a la ley y, en cambio, quien perdía siempre hablaba mal. Le reclamaba que no había sido justo y que no aplicaba correctamente el espíritu de la ley. Lo justo es pues, lo proporcional: dar a cada quien lo que se merece por sus actos u omisiones.

Haciendo referencia a las vicisitudes de la ley, el poe-ta chileno Pablo Neruda dice: “El fuero para el gran ladrón, la cárcel para quien roba un pan”. El derecho en ocasiones suele ser usado a favor del más fuerte, el más poderoso, para la persona con más posibilidad económica. Karl Marx sostiene que tanto el Estado como el Derecho son instrumentos de explotación, de dominación de una clase a otra. Para él, los gobiernos en general no son más que un grupo de personas que cuidan los intereses de los empresarios. Porque también para este pensador, la historia de la humanidad, no es más que “la historia de la lucha de clases”. Burgueses contra esclavos, nobles versus vasallos, patrones frente a trabajadores, hoy fifis en contraste con chairos.

Fatalmente las sociedades se dividen. Octavio Paz refería en El laberinto de la soledad como chingones y chingados. Todos quieren ser los primeros, lo eres siempre en referencia a un chingado. Platón divide en La república entre filósofos o magistrados, guerreros y artesanos. Los primeros eran los ancianos, los segundos los físicamente fuertes y, los últimos, los efectivos para las manualidades o cosechas. 

El que comete una injusticia no necesariamente la paga y puede darse el caso que por ese hecho obtenga más de lo que merezca. No todos los malhechores han pagado sus fechorías. En las cárceles no siempre están los culpables. Ni todos los que están son culpables, ni todos son inocentes. Las únicas cárceles llenas de inocentes son los zoológicos.

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