La tarea sustantiva del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) es la investigación, conservación y difusión del patrimonio arqueológico en todo el país (aunque también cumple otras de importancia).

En Uxmal las intervenciones de investigación y restauración cumplen ya casi un siglo y gracias a esta labor hoy tenemos el privilegio de gozar y disfrutar de este fascinante patrimonio de Yucatán y México.

Para que Uxmal se disfrute como hoy está, fue necesario realizar diversas intervenciones de restauración en cada uno de los monumentos a lo largo de noventa años y, como en toda disciplina, sus inicios fueron complicados, ya que durante la práctica de esas labores se fue consolidando el conocimiento y posteriormente la especialidad y con el establecimiento de criterios internacionales se fue generando la norma para este trabajo tanto de mantenimiento como de conservación.

Con el paso de los años, hoy observamos que, durante la ejecución de estas labores, se cometieron algunos desaciertos que, a largo plazo, ocasionaron deterioros. Tal es el caso de la decisión de retirar elementos estructurales, en un afán de privilegiar el aspecto estético del edificio, como ocurrió con los burdos contrafuertes que los constructores mayas colocaron en los laterales de la escalinata oeste del Palacio del Adivino, lo que terminó por ocasionar movimientos en el relleno y puso en riesgo la estabilidad de la estructura.

Gracias a los informes sobre los trabajos en el Palacio del Adivino, supimos que, durante la época prehispánica, se colocaron los contrafuertes para equilibrar los empujes ocasionados por la construcción del templo en su quinta etapa. Esto nos permitió devolverle al edificio su balance estructural al colocar nuevamente los contrafuertes.

También pudimos conocer viejas prácticas, usuales en los inicios de la restauración, las cuales ahora son inaceptables, tales como recolectar piedras de edificios aparentemente lejanos, con el fin de colocarlas en las estructuras que se estaban restaurando; o tirar los materiales, considerados como escombro, cerca de las áreas de excavación, lo que deja evidencia material en los edificios que, en ocasiones, puede hacer que los confundamos con montículos arqueológicos.

El análisis de las intervenciones anteriores, a partir de los testimonios escritos, ha facilitado el trabajo de restauración actual y ha contribuido a tomar decisiones informadas, en algunos aspectos tan delicados como devolver a los edificios prehispánicos algún elemento estructural; por ejemplo, el caso de los contrafuertes en el Palacio del Adivino.