Esta semana, el presidente López Obradordio a conocer, por voz del titular de la SHCP, un proyecto de decreto que reformala Ley de los Sistemas de Ahorro para el Retiro.

La noticia generó gran entusiasmo en todo el país, especialmente en la clase trabajadora, pero, pasada la euforia y analizada la reforma con el lado izquierdo del cerebro, nos percatamos que, tal como lo expresó el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, “se logró la propuesta que se pudo, mas no la que se requiere”.

En mi opinión, la intención del proyecto es institucionalizar, al amparo de una pensión, una ayuda asistencial que para la clase trabajadora no es mala, pero sí lo será para las finanzas públicas a futuro.

El sistema de pensión de capitalización individual, nacido el 01/07/1997, pretende que los trabajadores capitalicen su cuenta individual para que, al llegar a la edad enque por ley puedan pensionarse, tenganahorro suficiente en su cuenta individual para comprar una pensión en la modalidad de rentas vitalicias o de retiros programados.

Los trabajadores con ingreso mensual de un salario mínimo y hasta 5 UMA que acumulen 1,250 semanas de cotización no alcanzan a ahorrar en su afore lo suficiente para comprar una pensión de un salario mínimo (pensión garantizada); cotizando sólo 750 semanas menos lo lograrán.

Por ello sostengo que “en el pecado llevaremos la penitencia” y ello podrá verlo dentro de 20 años; le explico el porqué de mi punto de vista.

A los trabajadores que cumplan con las semanas cotizadas mínimas requeridas por la Ley (750) y que no pudieron generarahorro suficiente para comprar una pensión, el Estado tiene la obligación legal depagarles de por vida una pensión garantizada.

Suponiendo que el 95% de los trabajadores generen el derecho a una pensión garantizada (así lo prevé el proyecto) con sólo cotizar 750 semanas tendrán un ahorro afore tan bajo que el Estado (entiéndase las finanzas públicas) será quien tenga que cubrir la pensión garantizada de quienesdevenguen menos de cinco UMA por salario.

Y es aquí donde aparece el gato encerrado que se esconde en la presentación del proyecto, el que tiene por objetivo lograr una tasa de reemplazo del 40%, la que, prevén los autores intelectuales del proyecto, se logrará acumulando la pensión garantizada, más la ayuda asistencial que se entrega vía Programa para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores (68 años y más).

Así, la tasa objetivo de reemplazo del 40%, que se pretende alcanzar al pensionarse a los 60 años de edad, se compondrá de la pensión garantizada (pagada por el Estado), más el pago, ocho años después, de la ayuda asistencial del Programa para el Bienestar.