Óscar Chan/MÉRIDA
Los concesionarios del servicio de transporte urbano en Mérida ya sostuvieron las primeras reuniones con la Coordinación Metropolitana de Yucatán (Comey) para definir las alternativas más idóneas que abonen a mejorar el servicio en la ciudad, aunque todavía no se establece si será por medio del subsidio o por incremento en las tarifas, como lo han solicitado desde el año pasado. 

Rafael Canto Rosado, presidente de Minis 2000, reconoció la disposición del Gobierno del Estado por resolver este problema al tiempo que adelantó que a media semana volverán a reunirse con el titular de la Comey, Aref Karam Espósitos, para platicar sobre los avances en materia del transporte, del mejoramiento de las unidades y la definición de las rutas. 

Al respecto, expuso que el servicio continúa siendo uno de los más utilizados en la ciudad, aunque también sigue presentando deficiencias en las unidades más antiguas, las rutas y los tiempos en los que pasan por los paraderos, por lo que es urgente resolverlo cuanto antes. 

“Nos hemos reunido, hasta ahora no hay una negativa, pero tampoco hay un indicio de solución, el transporte público es de primera necesidad y es un servicio que la sociedad necesita, pues es el medio más económico para que las personas se trasladen de un lugar a otro”, anotó. 

El empresario transportista aclaró que pese a la falta de solución para aprobar un subsidio o incremento en los costos del pasaje, los concesionarios no pueden suspender el servicio del que dependen miles de usuarios. 

Indicó que a pesar de que existió un diálogo con las administraciones estatales anteriores, no se buscó el equilibrio económico para que el transporte urbano opere con eficiencia y no se afecten las más de 220 rutas con las que circulan las mil 500 unidades. 

“Ya nos reunimos con el titular de la Comey, estamos en pláticas y buscando un solución, aclaro que no hay una negativa pero tampoco se nos ha planteado una solución, confiamos en que se va a solucionar”, indicó.

Canto Rosado explicó que pese a los incrementos que se presentaron el año pasado con el combustible, las refacciones y las unidades, éstas con un costo promedio de 2 millones de pesos, hasta ahora las tarifas se han mantenido “congeladas” y únicamente ha aumentado la de adultos, que pasó de 5 a 8 pesos en los últimos 12 años, mientras que la social se ha “estancado” en tres pesos. 

Lamentó que desde septiembre pasado el Ejecutivo estatal les haya “cortado” el subsidio que recibían los concesionarios, quienes ahora tienen que amortiguar estos ajustes financieros con los mismos costos de pasaje.