Cecilia Ricárdez/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- Ante la confirmación de los primeros dos casos de ceguera transitoria (temporal) por el uso nocturno del teléfono inteligente (smartphone), la comunidad internacional de oftalmólogos y de Yucatán fueron notificados para alertar a los pacientes y emitir recomendaciones a fin de que se reduzca y evite el uso de los dispositivos móviles antes de dormir.

Adda Villanueva, retinóloga titular del Centro Mejora Visión MD, quien laboró en Moorfields Eye Hospital (Londres, Inglaterra) que es una de las instituciones que participó en esta investigación, dijo que con la noticia se demuestra científicamente los efectos de las pantallas brillantes de los celulares en la visión en un entorno oscuro.

“Era algo que sabíamos que podía suceder, pero no se había comprobado. Teníamos registros de la asociación del uso excesivo de celular y la miopía y el ojo seco, pero con este resultado los oftalmólogos tenemos que promover entre los pacientes el uso responsable de este tipo de equipos”, indicó.

Explicó que en las consultas los padres de familia preguntan sobre las consecuencias de los smartphone en la vista de sus hijos, “y ahora ya tenemos una mejor respuesta”.

Dijo que el impacto negativo por el uso nocturno de los dispositivos antes de dormir no se reduce si se le baja la intensidad de la luminosidad de la pantalla, ya que el problema se genera por la luz y por el tiempo de exposición.

Los casos

La noticia se difundió en días pasados, con los testimonios de dos mujeres, una de 22 y otra de 40 años, quienes presentaron ceguera temporal en un ojo. El estudio fue publicado en el New England Journalof Medicine.

La especialista dijo que cuando se conoció el resultado, la comunidad de oftalmólogos fue notificada para prevenir a sus pacientes. 

De acuerdo con el artículo, el primer caso fue de una joven de 22 años que de pronto perdió la visión del ojo derecho por la noche, se recuperaba, y luego se repitió en días posteriores; el otro fue el de una mujer de 40 años, que reportó algo similar, pero ella lo padecía por la mañana.

Luego de varios análisis, los científicos descubrieron que el común denominador era el celular y la manera de usarlo. La joven tenía la costumbre de ver su smartphone antes de dormir apoyando su cuerpo sobre el lado izquierdo y mirando la pantalla sólo con el ojo derecho, el otro generamente se cubría por la almohada. En el segundo caso, la otra mujer hacía lo mismo, pero al despertar, leía acostada en su celular, concentrado la visión en un ojo, esta práctica la hacía desde hace más de un año.

En los dos casos, la ceguera fue por horas, y lo que sucedía era que una retina se adaptaba a la luz, mientras que la otra hacía lo propio a la oscuridad provocando la pérdida de la visión en un ojo, el que usaban para ver la pantalla.

"Higiene del sueño" evitan sufrir trastornos

En este sentido, ocho de cada 10 pacientes que se atienden por trastornos del sueño tienen, dentro de sus hábitos antes de dormir, el uso del celular y dispositivos electrónicos, informó Rigoberto Avedaño, neurofisiólogo en el Hospital de Alta Especialidad y la Clínica del Sueño Yucatán.

El especialista explicó que la sobreestimulación que provoca la luz y la atención al celular genera que el cerebro quede activo más tiempo y sea más complicado conciliar el sueño, incluso se pueden generar retrasos de dos  a tres horas, lo que impacta al día siguiente en el desempeño, la atención, concentración e hipersomnolencia diurna, condición peligrosa para quienes manejan vehículos y podrían causar un accidente de tránsito. 

En este contexto, recomendó una “higiene del sueño”, es decir, respetar horarios para dormir, despertar y “desconectarse” de los dispositivos electrónicos y la televisión de 30 minutos a una hora.

De acuerdo con la Encuesta Nacional del Uso del Tiempo del Inegi, en promedio se dedican al sueño siete horas diarias, en tanto la Asociación Mexicana de Internet informa en su estudio de 2015, que los usuarios se conectan en promedio seis horas, el 80 por ciento desde su hogares y más de la mitad desde su celular, y otro tanto desde la laptop.

En entrevista, dijo que el ciclo del sueño está alineado a ritmos circadianos (ritmos biológicos intrínsecos de carácter periódico que se manifiestan con un intervalo de 24 horas), que activan procesos en el día y en la noche. En esta última parte del día es donde se presenta el sueño y la secreción de ciertas hormonas para procurar el descanso reparador, si se alteran los ciclos se presentan problemas para lograr el sueño profundo necesario para la salud.

“Si en la noche nos exponemos a la luz artificial, nos llega información por la retina, la cual manda una señal al cerebro y esto nos mantiene despiertos y si estamos con dispositivos electrónicos como un celular, computadora o tableta, tendremos estímulos pasadas las horas que deberíamos estar dormidos y la retina de nuevo manda la señal al cerebro y esto nos mantiene despiertos”, explicó.

Detalló que tal acción causar varios trastornos del sueño, como el de fase retrasada, lo que significa que la persona no podrá dormirse bien hasta después de varias horas; asimismo, hipersomnoliencia diurna o sensación de sueño todo el día, baja concentración y desempeño, cambios en la conducta, afectaciones en el humor hasta alteraciones cardiovasculares, trastornos de ansiedad y depresión.

Abundó que el sueño, cuando hay insomnio o se sobre estimula el cerebro antes de dormir, hay gente que puede sufrir parasomnia, en el que tiene sueños vívidos, y actuar su sueño, esto se genera como resultado de situaciones de estrés, como el que provoca el uso nocturno del celular.

Dijo que aunque las personas no consultan directamente por una afectación causada por el uso del celular, sino por bajo rendimiento o no poder dormir bien, durante la consulta, cuando se realiza el cuestionario de sus hábitos, revelan que se duermen tarde por estar en la computadora o porque se llevan el celular en la cama. 

• Los trastornos del sueño corresponden a un grupo heterogéneo de cuadros clínicos que se cursan con dificultad en su inicio y continuidad, así como alteraciones al dormir. Lo anterior con repercusiones diurnas en la funcionalidad.