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Si quieres hacer feliz a alguien que quieres mucho,
díselo hoy, sé bueno... En vida, hermano, en vida.
Si deseas dar una flor, no esperes a que se muera,
mándala hoy con amor...”
Ana María Rabatté

Acaban de concluir los festejos del Día de Muertos, y aunque se trata de una bonita tradición que refuerza nuestra cultura y costumbres, cada vez que se realiza toda esa serie de actividades me surge la inquietud y la idea de que también deberíamos celebrar la vida.

Así como resulta hermoso prender una vela a los seres queridos que se adelantaron en el camino, y colocar su comida favorita en el altar que se engalana con su foto, también podemos celebrar a quienes todavía están, de igual manera, celebrarnos nosotros mismos.

Preparemos platillos deliciosos para disfrutar, procuremos que antes de que sea una foto colocada en la mesa, se trate de la presencia de la persona amada y los seres queridos en vida, los que disfruten de esas atenciones.

¿Cada cuándo celebras que estás vivo?, lo más seguro es que sea una vez al año, cuando la vuelta al Sol concluye e inicia la siguiente, mientras se apaga la vela colocada en el pastel para pedir un deseo.

Pero, si sólo se vive una vez, y si al fallecer se rinde homenaje cada año a las ánimas que vienen de visita, tal vez sería coherente celebrar la vida todos los días, antes de que ésta, que es única, se acabe. Podemos hacerlo cuando el Sol nos despierte por las mañanas, cada vez que se sienta el corazón latir y con cada respiración.

¡Oremos por los que viven!, así como pedimos por los que ya no están, revivamos y recordemos los momentos compartidos con los que todavía residen en nuestro plano, pero que hace mucho no vemos, visitemos a esos parientes lejanos, hablemos con quienes tenemos un lazo sanguíneo, porque, aunque resulte increíble, en ocasiones se puede vivir bajo el mismo techo sin entablar comunicación.

Podemos celebrar de muchas maneras la vida, pensemos que, como decía Buda, cada mañana nacemos de nuevo; no esperes un día específico para usar los zapatos que tanto te gustan, estrena lo más pronto posible esa ropa guardada en el closet; usa ese perfume que reservas para ocasiones especiales, come y saborea lo que se te antoje, encuentra en cada momento un motivo para sonreír, disfrutar y amar.

¡Celebra tu vida y la de quienes te rodean!, encárgate de que cada día concluya con un nuevo aprendizaje, con un momento emotivo, con un recuerdo que valga la pena conservar. Hay una frase, que el escritor español Curro Cañete colocó en su libro “El amor comienza en ti”, la cual me parece perfecta para celebrar la vida todos los días, dice así: “quiero que, si dejaste de volar, empieces a volar de nuevo; y si ya estás volando, que vueles más alto. Así entrarás en el club de las personas poderosas y al mismo tiempo humildes, que viven su vida al máximo nivel”.

Para existir cada día como si de un gran festejo se tratase, es importante que estés convencido de ello, que te ames lo suficiente, para estar seguro de que mereces hacer de tu paso por este mundo, una gran conmemoración. ¡Antes de morir, vive! 

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