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En la zona arqueológica de Ek’ Balam, ubicada en el municipio de Temozón, se descubrió un antiguo chultún reutilizado como cámara funeraria. (Novedades Yucatán)
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MÉRIDA, Yuc.- En la zona arqueológica de Ek’ Balam, ubicada en el municipio de Temozón, se descubrió un antiguo chultún reutilizado como cámara funeraria.

El descubrimiento fue dado a conocer este jueves en la conferencia “mañanera” por el director general del INAH, Diego Prieto Hernández. 

El experto señaló que en algún momento, que aún se desconoce, un antiguo depósito de agua o chultún, localizado en la Plaza Elevada Este de la Acrópolis de Ek’ Balam, fue reutilizado como cámara funeraria.

 

(Novedades Yucatán)

 

Lo anterior pues al interior del chultún depositaron los restos de dos individuos, los cuales fueron recuperados por un equipo de la Secretaría de Cultura de Gobierno de México, adscrito al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Acerca del hallazgo, el antropólogo explicó que deriva de los trabajos del proyecto arqueológico dirigido por los arqueólogos Leticia Vargas de la Peña y Víctor R. Castillo Borges.

Ellos, junto con sus colegas Gilberto Dzul May e Isidro Ché Méndez, se han concentrado en la excavación y consolidación en el lado oriente de la Plaza Elevada Este de la Acrópolis.

Más hallazgos

Durante la temporada de campo del proyecto de investigación, en dicho sector de Ek’ Balam se hallaron nueve recintos habitacionales de élite, donde se conservaron parcialmente relieves estucados que representan captores y cautivos, mascarones, esteras, además de vestigios de pintura mural.

Asociados a este conjunto de cuartos se hallaron dos depósitos artificiales para agua, uno en el extremo norte y otro en el sur; este último, denominado Chultún 2, fue convertido en un espacio ritual y depósito mortuorio, rellenado con una capa de tierra, escombro y piedras.

 

(Novedades Yucatán)

 

El depósito tiene un área de captación circular, de 3 metros de diámetro en promedio, delimitada por un muro bajo de piedras, colocadas con doble vista, y tiene una pequeña escalinata de dos peldaños. 

El chultún, con forma de campana, cuenta con un diámetro promedio de 2.10 metros y una profundidad de 2.98 metros; y la entrada, 54 centímetros de diámetro.

El titular del INAH detalló que en el fondo y en medio del depósito estaba una piedra cilíndrica pequeña, a manera de altar, en cuya parte superior se localizaron fragmentos de una olla. 

Al retirar la tierra del interior se halló fragmentada otra pequeña olla de barro y dos trozos de obsidiana. 

Restos óseos

También, se recuperaron los restos óseos de dos individuos de la época prehispánica.

Del primero se recobraron huesos sin relación anatómica, mezclados con el relleno de tierra, identificados como un fémur y un húmero, así como parte de una mandíbula y otros fragmentos que fue imposible reconocer por su mal estado de conservación.

Sin embargo, considerando la robustez y tamaño del fémur, es posible que se haya tratado de una persona adulta de sexo masculino.

Los restos óseos de la segunda persona presentaron mejor estado de conservación. 

El individuo fue depositado bocabajo, directamente sobre la superficie del piso de la cámara y cubierto por una capa de tierra. 

El análisis de los marcadores de edad y sexo en los huesos indicaron que pertenecen a un adulto de sexo femenino que, al momento de la muerte, parece haber tenido una edad avanzada; y debió tener una altura aproximada de 1.40 metros.

Prieto Hernández señaló que se harán los estudios para conocer a detalle las características de ambos individuos y la secuencia ocupacional del chultún.

 

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