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El maíz es uno de los cultivos de gran importancia económica, social y cultural para México, asimismo, representa una fuente de alimento muy importante, tanto en áreas rurales como urbanas con el 51.6% de la superficie nacional cultivada. Desde el 2019 se cuenta con una superficie sembrada de 18,125,470 y una superficie cosechada de 17,048,486 ha (SIAP 2020).

En el cultivo del grano maíz existen muchos limitantes como la presencia de plagas que naturalmente existen, tienen un efecto desbastador en términos del consumo que hacen del follage, lo cual reduce el vigor de la planta y posteriormente el rendimiento del grano. Estas plagas están presentes en las zonas tropicales y en las templadas.

Las plagas que afectan al maíz en la región son las que consumen el follaje de las hojas, provocando que al tener menos follaje la planta realiza menos fotosíntesis, lo que repercute en su salud.

El control de las plagas se realiza con insecticidas químicos, en la actualidad estas estrategias han sido custionadas por el efecto adverso que ocasionan los plaguicidas en el ambiente, se están estudiando otras estrategias en el manejo de las plagas, en la región las más importantes son dos: la primera es el Gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) que se asocia al cultivo, a temprana edad se alimenta de las hojas nuevas; el segundo es el Gusano elotero (Helicoverpa zea), que entra entre los vellitos del elote y algunos granos generando un daño mínimo.

Ricardo Josué Chan Canché, Maestro en Ciencias en Horticultura Tropical egresado del Tecnológico Nacional de México campus Conkal, señaló que otras de las estrategias para combatir las plagas son los agentes de control biológico, lo que consiste en identificar y conocer otros insectos que puedan alimentarse de esta plaga para que regule las poblaciones. Los agentes de control biológico actúan a través de dos grupos: la primera de insectos depredadores que consumen directamente los huevos o larvas del gusano cogollero y la segunda los parasitoides que se asocian o ovipositan en el insecto para que la descendencia de este parasitoide se desarrolle en el cuerpo de la plaga.

El control biológico es un método que consiste en utilizar organismos vivos con objeto de intervenir en las poblaciones de otro organismo (plaga). Dentro del control biológico podemos encontrar diversos aliados como son los parasitoides, depredadores y entomopatógenos. Se le denomina parasitoide a todo insecto que en estado larvario entre el huevo y adulto se alimenta de otro artrópodo el hospedero, el insecto necesita que esté vivo su hospedero porque se va alimentar de éste sin que se dé cuenta, ya que el parasitoide no daña los órganos vitales, luego en estado adulto vive libremente. El parásito sí necesita a su hospedero, ya que si su hospedero muere también el parásito muere. Un depredador es un organismo que se alimenta de varios organismos durante toda su vida y está en búsqueda de este alimento activamente, su presa por lo general es más pequeña.

Entre los depredadores que se usan como control biológico se encuentran las mariquitas, las hormigas león, las catarinas que son súper voraces y pueden comer cien huevos de otros insectos.

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